Robin Hood

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Es una gran tentación comenzar a repasar todos los libros, películas y series relacionadas con ese personaje extraordinario llamado Robin Hood. Pero eso sería dedicarle demasiado tiempo a esta versión 2018 que es, con toda certeza, la peor versión sobre Robin Hood que yo he visto. Y debo decir sin humildad, que he visto muchas. Para no dejarlos con las manos vacías solo diré que Robin y Marian (1976) de Richard Lester con Sean Connery y Audrey Hepburn es la mejor de las películas que toman al legendario personaje popular.

Esta nueva versión busca encontrarle la vuelta política, ideológica y estética a una historia muy conocida, fallando en todo y generando, como pocas veces, la sensación de que todo podría haberse hecho mucho mejor. Nadie contradice el genuino deseo de hacer algo nuevo, pero es un misterio que se elija algo tan bien definido para romperlo de todas las formas posibles.

Robin de Loxley (Taron Egerton) vuelve de las Cruzadas luego de rebelarse contra sus superiores por defender a uno de sus enemigos de batalla. Toda la escena de las Cruzadas está filmada como una batalla actual en Medio Oriente, con todas las referencias posibles y sentando las bases de un constante anacronismo que acompañará a todo el film. Los anacronismos estéticos, que incluyen el vestuario y la dirección de arte, también alcanzan a la música y a las situaciones. Veremos al pueblo luchando con bombas molotov medievales para resistirse a la “policía” del Sheriff de Nottingham. Robin regresa para descubrir no solo las injusticias sociales sino también que Marian (Eve Hewson) lo ha dado por muerto y tiene una nueva pareja, justamente con el que se ha transformado en posible líder de la rebelión, Wil Scarlet (Jamie Dornan), un clásico personaje de las leyendas de Robin Hood. Por supuesto que Robin no está solo, en la Cruzadas ha conocido al Pequeño John (Jamie Foxx), antiguo enemigo devenido en amigo.

Intrigas palaciegas más que buenas escenas, casi nada de bosque y un sentido del humor escaso y poco gracioso, muchas posibilidades desperdiciadas para contar una historia que podría perfectamente no haber sido la de Robin Hood. Los anacronismos para volver simpático al medioevo se habían planteado a la perfección en esa joya llamada Corazón de caballero (A Knight´s Tale) de Brian Helgeland, una película que viene a nuestra memoria en cada escena mal resuelta de esta nueva versión de uno de los mejores personajes de todos los tiempos. No es tan fácil como parece hacer una buena película de Robin Hood, y definitivamente no queda nada rescatable en esta película.