Reus

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Un film que se asienta en lo formal, pero que pierde en la historia

Más afecta a historias costumbristas y a un minimalismo narrativo, la producción uruguaya encuentra en Reus una película que -sin perder de vista el costado de crítica social- incursiona de lleno en el cine de género.

En la línea de otras películas latinoamericanas como la mexicana Amores perros o la brasileña Ciudad de Dios , esta ópera prima de Eduardo Piñero, Pablo Fernández y Alejandro Pi narra el enfrentamiento entre representantes de distintos grupos y diferentes clases sociales: el Tano (interpretado por el argentino Camilo Parodi, hijo de Teresa Parodi), un marginal recién salido de la cárcel, y Don Elías (Walter Etchandi), líder de la comunidad judía que desde hace décadas se ha asentado en el decadente barrio del título.

Precisamente, la descripción de la dinámica barrial y los valores de la producción (sofisticadas tomas aéreas, escenas callejeras o en boliches con bastante despliegue de extras y una ambiciosa banda sonora) son lo mejor de una película que en muchos pasajes peca de subrayada y torpe.

El film intenta abarcar demasiados temas que, para colmo, están condensados (simplificados) en conceptos básicos y de impacto popular (los efectos de la droga, la mano dura, el ojo por ojo, la venganza por mano propia, la tortura, la escalada de violencia, la inacción o la corrupción policial). Así, esta mirada a la pérdida de los viejos códigos de convivencia y a la progresiva desintegración social se torna demasiado obvia, con diálogos -o intervenciones de los medios de comunicación- que resultan casi siempre didácticos.

Ni la edición vertiginosa ni el montaje paralelo logran darles ritmo, intensidad ni tensión dramática a las escenas de acción, que, además, llegan demasiado tarde. Así, más allá de su interesante apuesta y de su solidez técnica y formal, Reus falla en aspectos esenciales, indispensables para sostener una apuesta como la del thriller.