Resucitados

Crítica de Rolando Gallego - EscribiendoCine

Levántate y anda

Nada más interesante que ver cómo, de la clásica frase bíblica "levántate y anda", los ejecutivos de Hollywood idean una película que todo el tiempo juega con la vida y la muerte de sus protagonistas. Resucitados (The Lazarus Effect, 2015), que dirige David Gelb, cuenta la historia de un grupo de investigadores de Berkley, encabezados por Frank (Mark Duplass) y Zoe (Olivia Wilde), que intentan despertar animales muertos a través de un suero llamado Lázaro, y un largo proceso de descargas eléctricas.

Después de varios intentos infructuosos logran volver a la vida a un perro llamado Rocky, y mientras festejan el logro y el avance (con el que creen se podrá dar una segunda oportunidad a aquellos que ya han pasado a mejor vida), no detectan que el can ha vuelto sin las características propias de un animal, como por ejemplo comer. Pero Frank y Zoe no se darán por vencidos, y sabiendo que aun cuentan con unas horas para que se desmantele su laboratorio, deciden traer a otro animal a la vida y rearmar la investigación.

Pero en el último y desesperado intento por recuperar el trabajo y esfuerzo de años no todo sale como ellos esperaban y deberán tomar una decisión que cambiara radicalmente su manera de ver la creación, la vida y claro está, la muerte.

David Gelb delimita los personajes con solvencia, dedicando gran parte de los primeros minutos del metraje para enumerar características y debilidades de cada uno de ellos. Si Frank es el hombre que lidera y solo tiene tiempo para el trabajo, Zoe es la responsable investigadora que no quiere seguir postergando su boda con Frank. Nikko (Donald Glover) será el cerebro informático del equipo y enamorado en silencio de Zoe, mientras que Clay (Evan Peters) dotará de rebeldía y desorganización al grupo. A ellos se sumará Eva (Sarah Bolger), una camarógrafa que vera como su trabajo eventual terminara por involucrarla en algo mucho más grande y trascendental.

Resucitados busca cargar de verosímil a la narración, enunciando procesos científicos que avalen el disparador del film. Si bien tiene momentos predecibles y hasta obvios, las interpretaciones de Duplass, Wilde y Peters suavizan aquello que podría pensarse ridículo. Además hábilmente el guion otorga de un trasfondo a la historia basado en el pasado de Zoe, en sus eternas pesadillas que la acosan cada vez que cierra sus ojos, punto a favor para ir urdiendo una trama que tiene muchos puntos en común con Línea mortal (Flatliners, 1990) principalmente, por el intentar dar explicaciones sobre un fenómeno aun sin mucho conocimiento como lo es la muerte.

Los efectos especiales, visuales y de sonido, completan una propuesta que intenta, más allá del cine de género, desarrollar un discurso con algunas respuestas sobre la existencia del hombre, el sentido de la vida y la superación de la muerte.