Renoir

Crítica de Agustín Neifert - La Nueva Provincia

Una magnífica expresión visual

"La pintura no se explica, se mira". Esto lo dice Pierre Auguste Renoir en el contexto de este filme, que no es estrictamente una biografía del célebre pintor impresionista francés. Porque el director lo asume en una época concreta: 1915, en Les Colletes, en la Costa Azul.
Recordemos que Renoir nació en 1841 y falleció el 3 de diciembre de 1919. En 1915 murió su esposa Aline y en esa fecha sus hijos Pierre y Jean se habían alistado para luchar en la Primera Guerra Mundial. El tercer hijo, Claude, era todavía un adolescente algo rebelde.
El relato aborda a Renoir en ese momento de su vida, cuando a su espaciosa residencia llega una joven llamada Andrée Heuschling, apodada Dedée, quien se ofrece como nueva modelo, después que Aline expulsó a Gabrielle, la preferida de Renoir.
Andrée dice ser actriz, bailarina y cantante, y se convierte en la musa inspiradora del pintor, estimulando su creatividad a pesar de la artritis que lo atormenta. Renoir se consideraba un simple "obrero de la pintura".
El arribo de Andrée coincide con el regreso de Jean del frente de batalla, herido y arrastrando una cojera que ya no lo abandonará por el resto de su vida. Jean no tenía entonces definida su vocación y Andrée lo induce a introducirse en el mundo del cine.
Contrariando la opinión de su hermano Pierre, para quien "el cine no es para los franceses", Jean (1894-1979) se inicia en la dirección en 1924 con Catherine o Une vie sans joie, protagonizada por Catherine Hessling (1900-1979), que fue el seudónimo artístico de Heuschling, con quien se casó en 1920 y fue su actriz fetiche en otros seis largometrajes hasta 1929.
"Debes vivir como un corcho que flota sobre el agua, no ir en contra de los acontecimientos, sino dejarte llevar por ellos", es el consejo que Renoir le da a Jean y éste lo aplicó puntualmente, tanto en su vida como en su obra fílmica.
"Una cosa que ha sido apasionante para mí como cineasta -expresó Bourdos en el Festival de Cannes-- fue descubrir que el mayor director francés de todos los tiempos era un joven sin vocación. Eso rompe todos los clichés que tenemos sobre los genios".
El protagonismo de la película, que es una fiesta para los ojos por su belleza visual, se reparte entre Renoir, Jean y Andrée. El guión recrea el libro Le tableau amoureux, de Jacques Renoir, hijo del director de fotografía Claude Renoir y nieto de Pierre, el hijo mayor del pintor.
El filme es a la vez una clase de Historia, de pintura y la recuperación de aquellos tres personajes en un momento muy especial de sus vidas, cuando la vitalidad de Jean y Andrée contrasta con la creciente decrepitud física del artista, que aun así se resiste a dejar su trabajo.