Reimon

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Las nuevas formas de la explotación

El codirector de Mala época y El descanso y realizador de El custodio y Un mundo misterioso incluye antes del arranque de su más reciente film varios carteles en los que explica en detalle cómo financió y produjo este proyecto independiente que ni siquiera contó con aportes oficiales del INCAA. Con 34.000 dólares obtenidos en fondos de ayuda internacionales y otros 18.000 que pusieron sus socios alemanes de Rohfilms, más la cesión sin cargo de cámara, sonido y luces por parte de la Universidad del Cine (donde se formó y es docente), el director filmó Réimon en 25 jornadas durante el lapso de un año y medio que duró todo el proceso.

¿Por qué tanto detalles sobre las condiciones de producción? Lo que en principio podría sonar a tecnicismo o incluso a esnobismo encontrará respuesta con el correr de un film que es, también, un ensayo que excede el mero marco cinematográfico para convertirse en una reflexión sobre los medios de producción.

El film describe la rutina cotidiana de Réimon (Marcela Dias), una empleada doméstica del sur del conurbano bonaerense que todos los días viaja en tren a la Capital para trabajar por horas en distintas casas. Mientras ella limpia o cocina, los dueños de uno de esos departamentos (Esteban Bigliardi y Cecilia Rainero) leen y discuten El Capital, de Karl Marx.

¿Qué tiene que ver una mujer humilde del Gran Buenos Aaires con la teoría marxista? Moreno también se encargará de responder esta pregunta. La explotación del proletariado en el marco del capitalismo adquiere hoy formas quizás más sutiles y leves, incluso muchas veces imperceptibles a simple vista, pero no por eso menos cuestionables, miserables e injustas.

Como ya es habitual en su cine, el director sigue de cerca a su protagonista haciendo gala de una infrecuente capacidad de observación (aquí hay más incidencia de lo documental que en sus films previos), logrando que un detalle aparentemente insignificante en el plano o un mínimo gesto en el rostro de los personajes adquieran una resonancia, una repercusión inusitada. Un film para ver… y también para pensar y debatir.