Portadores

Crítica de Rodrigo Seijas - CineramaPlus+

Buscando lo nuevo

Film sumamente irregular que tiene más de un logro importante.

Portadores no es sólo la historia de un viaje en ruta de cuatro jóvenes buscando escapar y aislarse de los peligros que conlleva un virus que ha afectado a toda la humanidad. Es también el racconto de una dupla de directores y guionistas buscando la forma de aportar elementos nuevos dentro de un sub-género como el pos-apocalíptico, que ya se ha contado miles de veces, desde múltiples ángulos, pero que todavía sigue llamando la atención tanto de los productores como del público.

Ya habíamos tenido la oportunidad de presenciar la metáfora religiosa aportada por Soy leyenda y El libro de los secretos. También tuvimos a Zombieland, con su reescritura a través del pastiche y la parodia posmoderna, pero sin cinismo, sólo con humor y una sana celebración de la familia como núcleo contenedor. O a Exterminio, explorando los factores espacio-temporales con la cámara digital como soporte tecnológico, pero también estético y narrativo. No hay que olvidarse de otras aproximaciones con una fuerte carga ética, política y religiosa, como La niebla, The stand o La carretera.

Los españoles Àlex y David Pastor se hacen cargo desde el principio de que es más bien difícil que puedan aportar algo completamente nuevo y original -de ahí la cita explícita a Mad Max-. Pero no hay que olvidarse que lo nuevo nunca es completamente nuevo: siempre viene con una carga de componentes viejos, ya utilizados, que son rejuntados y remezclados para terminar concibiendo una nueva forma.

No vamos a decir que Carriers aporta muchas cosas nuevas, pero sí que apela a una combinatoria de géneros –el thriller, la road movie, el terror, el drama familiar y social- y materialidad –paisajes desérticos, locaciones arrasadas, casas que prefiguran lo horroroso- para intentar un abordaje que se diferencie de lo que ha producido Hollywood hasta ahora. A partir de esto, van alternando una de cal y otra de arena. Se pasa de la sutileza enmarcada por los silencios, los mínimos gestos y las decisiones fuertes en el vínculo establecido entre los cuatros jóvenes y un padre con su hija infectada, a la redundancia en explicaciones sobre las reglas para sobrevivir; de los momentos de horror percibido a través del fuera del campo o mediante la mínima exhibición, al trazo grueso para señalar la decadencia moral de algunos personajes, con tal de hacer avanzar la trama.

Muy irregular, con muchos baches, arrojada –tanto en Estados Unidos como acá- más que estrenada en cartelera, Portadores no deja de ser un filme atractivo. Es como un borrador de lo que puede alcanzar un gran filme pos-apocalíptico si posee mayor presupuesto y tiempo para desarrollar ideas.