Por siempre amigos

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Ira Sachs es un exponente del indie americano que ha venido ganando terreno en los últimos años. Escritor y director preocupado por mostrar cómo operan las relaciones familiares en Nueva York, esta vez el hombre elige una historia compleja, tremendamente humana, plagada de contradicciones morales, en la cual se habla de amistad, integración, desarrollo y egoísmo, desde la perspectiva de los adultos, y de los jóvenes.
"Little men" es la historia de dos amigos y un problema económico entre adultos. En la nueva Brooklyn, (donde como NY es sólo para turistas, los artistas, bohemios y gran parte del empresariado se ha instalado, creando otro microclima), se recrea una trama que funciona a dos niveles: el del mundo adulto y el del pre-adolescente. Representados por buenos intérpretes, dato postivo.
Brian (Greg Kinnear) y Kathy (Jennifer Ehle) son un matrimonio que, tras la muerte del padre del primero, se mudan a esa casa en los suburbios. El es actor, no gana mucho y su mujer hace lo que puede, la llegada a ese espacio más grande que el que estaban parece prometedora, pero pronto aparece el conflicto central de la peli... ajustarle al inquilino e indexarle lo que paga, como corresponde (?).
Y eso para que no vean que sólo en Argentina tenemos problemas de locatarios y locadores.
La cuestión es que el papá de Brian se había encariñado mucho con su inquilina y no le ajustaba el pago, con lo que la otra hija del fallecido, reclama un aumento del alquiler, acorde a lo que el barrio cotiza en este tiempo porque recibe la mitad del pago. Puff! Problemón. Con lo feo que discutir con gente buena de dinero en estos tiempos que corren.
Pero no, por más que el tema central parezca ser el que Brian tiene con Leonor (la siempre eficiente Paulina García, de "Gloria", recuerdan?), no lo es. Lo comparte con el maravilloso relato de amistad que hacen justamente, sus hijos.
Jake (Theo Tapitz), un chico introvertido al que le cuesta la comunicación (el vástago de los recién mudados) y Tony (Michael Barbieri) el hijo de la extranjera (¿les dije que era de nacionalidad chilena?) se harán grandes amigos. Compartiran muchas situaciones y así como en todos los films de tránsito de la niñez a la adolescencia, cada secuencia tendrá su peso en emociones y sonrisas.
No sucede lo mismo cuando la acción se traslada a los adultos, por supuesto.
Sachs hace su mejor film, ofreciendo un juego de contrastes inteligente. Ofrece un cuadro de situación actual, donde aflora lo mejor y lo peor de los mundos en contradicción. Hay mucha sencillez para describir situaciones donde no hay buenas salidas y una gran visión para encauzar dos escenarios que parecen no complementarse.
De las mejores películas del año. Chiquita, pero muy valiosa.