Por siempre amigos

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

El drama sobre la amistad de dos chicos de barrio es uno de los estrenos mejor calificados de la semana.

Los cambios siempre son visibles, pero también hay cambios invisibles, que se producen en el interior de las personas. Filmar esos cambios imperceptibles parece ser la tarea de Ira Sachs en Por siempre amigos.

Jake (Theo Taplitz) es un joven de 13 años que se muda con su familia a Brooklyn después de la muerte de su abuelo. Se van a vivir a la casa de barrio donde vivía la familia paterna. El padre de Jake, Brian Jardine (Greg Kinnear), es un actor sin éxito, condenado a actuar en obritas de mala muerte.

En el lugar también viven Tony (Michael Barbieri), un adolescente de la misma edad de Jake, y su madre Leonor (Paulina García), una costurera chilena y vieja amiga del abuelo de Jake que atiende el local de la planta baja de la casa.

Los padres de Jake le piden a Leonor que firme un nuevo contrato de alquiler, para hacer las cosas legalmente, y de paso ayudar a la hermana de Brian, que es a quien corresponde la parte de la propiedad que ocupa Leonor. Esto desencadena una disputa entre los mayores, ya que Leonor se niega a firmar.

Mientras tanto, los jóvenes empiezan a hacerse amigos y a descubrir la vida en el barrio, los pequeños placeres y los divertimentos propios de la edad. La amistad que nace entre ambos es verdadera, pura, incontaminada. Juntos irán a sus primeros boliches, jugarán al fútbol, se encerrarán a jugar a los videojuegos y a estudiar, patinarán por las veredas de Brooklyn y soñarán con entrar a una prestigiosa escuela de artes.

Las discusiones entre los padres, la amistad entre los jóvenes y el conflicto por la casa son tratados con el mismo tono, entre intimista y contemplador, con una cámara delicada, capaz de observar con sutileza los gestos de los personajes, cómo se desenvuelven y actúan en el día a día.

Ira Sachs (también dirigió El amor es extraño y Keep the lights on) ve todo sin subir el volumen en ningún momento. La amabilidad y la frescura con las que filma son una acertada decisión de puesta en escena.

Por siempre amigos es una película sobre grandes cambios, interiores y exteriores: la muerte del abuelo, la mudanza, el descubrimiento de la amistad y la forzada separación, el desalojo. Lo grandioso del filme es que trata estos cambios con la templanza del observador paciente, que detecta los grandes cambios allí donde sólo se ven personajes que viven en su cotidianidad.