Por el camino de Modesto

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Las historias de inmigrantes españoles nunca pierden interés. Todavía hay mucho por indagar allí: relatos de horror, de supervivencia, de exilio, de dejar atrás una vida para comenzar otra. Bien lo sabe Sebastián Deus, director y protagonista del documental Por el Camino de Modesto.

El recorrido de Sebastián comienza en Necochea, donde su abuelo, Modesto Deus, vivió hasta su muerte en 1981. Allí escucha sobre su escape de la Guerra Civil Española, pero se trata apenas de la punta de un iceberg más profundo, que el nieto-cineasta se dedicará a explorar en detalle. De aquel paraje costero argentino irá al Viejo Mundo. Primero recala en los pirineos franceses (donde Modesto llegó desde la Península Ibérica en 1938) y luego recorrerá ciudades de España como Barcelona, Madrid, Santiago de Compostela y La Coruña. En cada parada de su recorrido va hablando con especialistas, familiares y antiguos amigos, que le permitirán ir armando una parte crucial, fascinante y hasta entonces desconocida de su árbol genealógico.

El de Deus -también responsable de los documentales TV Utopía y El Retorno de Don Luis– es un viaje épico y a la vez intimista y personal. Si bien hay entrevistas (en realidad, charlas en las que él también aparece delante de cámara), elude la mayoría de los tópicos del documental y prioriza un enfoque contemplativo, esquivando las sobreexplicaciones y permitiendo que el espectador adopte su punto de vista. De esta manera, uno va teniendo revelaciones al mismo tiempo que el director, y la puesta de cámara y el uso del sonido (sobre todo, a la hora de evocar los tiempos de guerra) contribuyen a adentrarse en su cabeza.

En paralelo a la búsqueda de los orígenes de Deus, la película permite hacer un paralelo entre la España actual y la de décadas atrás; los tiempos de muerte y represión dieron paso a una sociedad que al menos no tiene que padecer el accionar del General Franco.

Lejos de quedarse en una cuestión familiar privada, Por el Camino de Modesto funciona como un paradigma de las peripecias de tantos inmigrantes españoles, y de cómo sus luchas nunca serán olvidadas por sus descendientes.