Plumíferos

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Nuestro país ha sido pionero en el género ya que aquí se realizó el primer largometraje animado del mundo, El Apóstol, pieza de Quirino Cristiani. Tras él surgieron las figuras de Dante Quinterno, con Upa en apuros, uno de los primeros largos sonoros y en colores, y Manuel García Ferré, cuya hegemonía dentro de la animación atravesó varias décadas con productos de primer nivel.
Nada de esto encuentra punto de comparación con Plumíferos, Aventuras Voladoras, impresentable estreno realizado en animación 3D que desmerece absolutamente esta rica historia. Más aún si nos referimos a films de los últimos años realizados con técnicas mixtas como la futurista Cóndor Crux, la corrosiva Mercano el marciano y especialmente la formidable Boogie el aceitoso. Hasta en los recientes films del Ratón Pérez –estos sí dirigidos al público infantil-, los personajes digitales interactúan con la acción viva con una técnica notoriamente superior a este mamarracho. El hecho que este film haya sido manufacturado por un estudio independiente empleando un software libre no justifica su extremada precariedad en todos los rubros. A pesar de estar protagonizada por aves, nunca remonta vuelo en su idea, diálogos, gags, voces (exceptuando los personajes a cargo de Peto Menahem y Mike Amigorena) ni fundamentalmente en una animación y fondos carente de todo arte, creatividad y gracia.