Piratas! Una loca aventura

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Animación con inteligencia y humor

Con el disparate como estrategia principal, la nueva obra de Peter Lord recobra lo mejor de la animación en stop motion. La técnica y el lenguaje depurado conforman un film muy divertido para grandes y chicos.

Peter Lord, el director de ¡Piratas!... ya había entrado en la historia del cine de animación por haber fundado nada más y nada menos que los estudios Aardman, en Inglaterra, donde nacieron personajes como Wallace y Gromit, y donde el propio Peter Lord dirigió Pollitos en fuga. Animaciones en stop motion (cuadro a cuadro) para personajes en plastilina han sido su mayor identidad visual y sus películas logran, incluso en la era digital, deslumbrar por su belleza e inocencia a los espectadores de todo el mundo.
¡Piratas! Una loca aventura es otra comedia de aventuras del estudio que mantiene la base de los personajes en plastilina y le agrega fondos y efectos (como el océano) más modernos tecnológicamente. El resultado es impactante, pero no sólo por la técnica, sino por la capacidad de Lord de construir un film con un lenguaje depurado, bello. Estéticamente más rico que el común del cine comercial contemporáneo.
El Pirata Capitán (en inglés la voz de Hugh Grant) es un pirata fracasado, con un grupo de leales –y estrambóticos– marineros más un ave fiel que completa la imagen más depurada de los piratas. La Reina de Inglaterra es su peor enemigo y el desdichado Pirata Capitán no tiene tampoco entre sus colegas el respeto o la admiración que él sueña. Pero los vientos están a punto de cambiar y al cruzarse con un científico algo loco, el Pirata Capitán comienza a soñar con la posibilidad de alcanzar su máxima meta: convertirse en “El pirata del año”.
Esta base disparatada es el punto de partida del film, pero hay que decir que, siendo leal a los libros de Gideon Defoe en los que se basa, el disparate aumenta porque el científico es el mismísimo Charles Darwin. Él y su mayordomo mono se enredarán con los piratas y se cruzarán con otros personajes como Jan Austen y hasta el mismísimo Hombre elefante. No es fácil lograr que una comedia que apunta principalmente a los niños haga reír con inteligencia a un adulto, pero esto ocurre con ¡Piratas! Los chistes son inteligentes, divertidos y de una sofisticación poco habitual. Hay en eso una coherencia.
La película de Peter Lord tiene un altísimo nivel estético, y una imaginación visual refinada y su sentido del humor es equivalente. Esto, que quede claro, sin perder nunca el objetivo de ser una película para todo público y conformar a los espectadores de todas las edades.