Philomena

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

En su regreso al cine Stephen Frears vuelve con una historia basada en hechos reales gracias al impulso que el actor Steve Coogan le dio al escribir el guión de "Philomena"(UK, 2013).

Con "The Lost Child of Philomena Lee" como punto de partida Frears convenció a Judi Dench de interpretar a esta madre que luego de vivir atormentada por su pasado decide salir a la búsqueda de un hijo que tuvo en su juventud.

Philomena vive encerrada en su casa, y en sus pensamientos recuerda la imagen de aquel niño que le quitaron para darlo en adopción y así ofrecerle una "vida mejor" en palabras de las monjas que la hospedaron en su convento durante su embarazo.

Un día decide contarle la historia a su hija y esta contacta al periodista interpretado por Coogan (quien está saliendo de una crisis personal y profesional) para que pueda darle trascendencia y visibilidad al caso y así al menos conocer dónde está el hijo perdido de su madre.

Pero Philomena es testaruda, y así como durante 50 años se mantuvo en silencio, duda de darle publicidad a su búsqueda, una búsqueda que comienza a obstaculizarse por el propio peso y paso de los tiempos.

La iglesia y la fe cuestionada por el periodista pero avalada por la mujer, que sigue creyendo que más allá de las torturas a las que fue sometida durante su estadía en Roscrea (el convento) la decisión de dar en adopción a su hijo fue correcta.

El caso de Philomena es tan sólo uno de los muchos niños que fueron arrancados de los brazos de sus madres y llevados a otros lugares del mundo para que crezcan con sus familias postizas.

La objetividad y frialdad del periodista se contrasta con la cercanía y calidez con la que Philomena se relaciona con todo el mundo.

De a poco entre ambos se establecerá un vínculo que los irá acercando a la verdad, más allá que justamente ese acercarse al objetivo haga que se vayan separando o al menos que contrasten sus diferencias sobre la manera correcta de hacer o decir.

Philomena sueña en fílmico y recuerda a su pequeño hijo en imágenes coloridas que le dan la seguridad necesaria para poder develar la verdad. A pesar del miedo avanza y oculta sus sentimientos.

Si bien Frears por momentos opaca la fuerza de la historia con la incorporación de un discurso pseudo positivista (en el sentido de ser "positivo" ante todo), las ideas sobre la ontología de la vida, qué es pecado y el valor de la iglesia como institución son puestos en juego.

El periodista le dice a Philomena "No creo en algo porque dicen que deba hacerlo" y ella sabe que hay algo de verdad en esa máxima, pero piensa y siente que antes que nada el respeto debe ser cosntruido más allá del resentimiento.

Qué somos, quiénes pueden hablar de nosotros, quiénes realmente nos conocen, algunas preguntas que Frears va desplegando y respondiendo apoyándose en la mirada de una madre que a pesar del dolor y de qué encuentra del otro lado del mundo decide seguir apostando a la vida.

Imágenes bellas acompañados por una música que motiva, planos lejanos y la intimidad de las habitaciones en las que se descansa y se piensan los siguientes pasos, son las que acompañan la búsqueda de Philomena y que otorgan la verosimilitud necesaria en este tipo de historia. Para aplaudir de pie a Judi Dench.

PUNTAJE: 7/10