Personalidad múltiple

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

¿Debo irme o debo quedarme?

Remake norteamericana de un thriller psicológico coreano (Jungdok/Addicted, de Young-hoon Park), rodado por dos realizadores suecos como Joel Bergvall y Simon Sanquist (reconocidos cortometrajistas y directores de Invisible), Personalidad múltiple es un film digno y menor, que trabaja sobre una premisa no demasiado sorprendente (un triángulo amoroso entre dos hermanos opuestos entre sí y una abogada), pero que en líneas generales logra sostener con cierta nobleza la tensión, el suspenso y la intriga sin caer en demasiados efectismos ni golpes bajos.

La cosa es así: Jess (Sarah Michelle "Buffy, la cazavampiros" Gellar) está felizmente casada con Ryan (Michael Landes), algo así como el marido perfecto. Pero la intimidad hogareña es permanentemente invadida por Roman (Lee Pace), hermano de él, un ex presidiario violento y psicópata. En una noche de lluvia, ambos hermanos sufren un accidente en un puente y quedan en coma. Un irreconocible Roman se recuperara y empieza a seducir a la atribulada Jess, comportándose (casi) como si fuese su hermano Ryan ¿Ha cambiado realmente? ¿Es todo un engaño? Por esos carriles transita Personalidad múltiple, un film con algunos pasajes potentes, ciertos climas logrados y poco más. Una película que no pasará a la historia, pero que, en definitiva, "se deja ver".