Percy Jackson y el Mar de los Monstruos

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Mitos en la modernidad

Las sagas literarias para adolescentes son un fenómeno que alcanza al cine de forma constante. En esa línea está Percy Jackson y los dioses del Olimpo, creada por Rick Riordan. La gracia del personaje, Percy Jackson, era que descubría que era hijo de Poseidón, y al hacerlo, descubría también que los Dioses de la mitología griega no eran ficción, sino realidad. Esta revelación daba el puntapié inicial para una combinación entre aquella mitología y el mundo contemporáneo.

El primero de los films, Percy Jackson y el ladrón del rayo, presentaba al personaje y esta original propuesta entre dos mundos. El resultado era tan interesante en teoría como decepcionante en la práctica. En esa misma línea sigue, lamentablemente, Percy Jackson y el mar de los monstruos. El mar del título no es otra cosa que el triángulo de las Bermudas y hacía allí se dirigen los héroes de la saga para recuperar el Vellocino de oro y restaurar el orden quebrado al comienzo de la historia. Con ciertas ideas simpáticas acerca de los héroes de la mitología griega metidos en el mundo actual, la película intenta sostener la trama pero no le alcanza. El actor Logan Lerman es un Percy Jackson asustado, con poca credibilidad como héroe. La falta de fuerza define a la película y el humor, realmente lamentable, reduce notoriamente el interés. En estas épocas donde la saga de Harry Potter ha llegado a su fin, Percy Jackson podía ser la heredera del cetro, pero a juzgar por los resultados no de una, sino ya de dos películas, es imposible que lo logre. Eso sí, algunos monstruos, hay que reconocerlo, están muy bien.