Pequeños secretos

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Tres ganadores del Oscar, como Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto encabezan el elenco de Pequeños secretos, el nuevo filme de John Lee Hancock, el realizador que le hizo ganar su premio de la Academia a Sandra Bullock por Un sueño posible.

El thriller es un género que resulta atrapante cada vez que una película le da una vuelta de tuerca.

Si no se queda en la investigación de un crimen, los buenos por un lado, los malos por otro. Pero puede haber más.

Denzel Washington, cuando no busca dramas más profundos, ama los personajes que, de este lado de la Ley -a veces, no tanto- investigan casos difíciles, crímenes irresueltos. Ama atrapar al asesino.

Sea en Día de entrenamiento, o postrado en una cama (El coleccionista de huesos), al tipo le calza perfecto el traje del oficial que pone las cosas en su lugar.

Y si repasamos la filmografía de Washington, al menos buena parte de la más reciente, vemos que a diferencia de la de su hijo John David (el de El infiltrado del KKKlan, Tenet y Malcolm & Marie), a Denzel le gustan los personajes tortuosos más que torturados.

Y Joe “Deke” Deacon es así. Pudo ser un tipo al que ascendieran, pero no. Y ahora, más cerca del retiro, acepta un reto junto al más joven e iracundo -bah, tiene rabietas- Jim Baxter (Rami Malek).

Están tras un asesino serial.

Un tipo que “mata por placer sexual”, pero que no viola a sus víctimas -todas jóvenes- . Y tendría un modus operandi similar al que Deacon no pudo atrapar hace unos años.

"Son los detalles los que importan. Te agarran por los detalles", le da cátedra Deacon a Baxter. Sabrá por qué lo dice.

Pequeños secretos tiene una estructura similar a la de tantas películas que hemos visto en las que dos policías muy diferentes se encuentran ante un caso difícil. Pero lo bueno del filme es que pega una vuelta de tuerca justo cuando parecía que se sumaba, nomás, a la lista de thrillers que, sí, están bien, podés verlos y luego, a otra cosa.

Transcurre en los ’90, y sin develar demasiado ni spoilear absolutamente nada, recuerda a Zodíaco, de David Fincher, y por momentos a Pecados capitales -y no solo por lo del policía mayor negro y el más novato blanco-, otra del director de la hoy candidata al Oscar Mank.

Hay un sospechoso, que sí, es como los sospechosos de siempre. Un hombre algo desalineado, de pelo largo, grasoso y que seguramente si le miramos detenidamente la dentadura al personaje que compone Jared Leto, le veamos rastros de comida.

Leto sería el villano perfecto, el que cerraría la investigación. Pero no tienen pruebas para incriminarlo.

La película, aparte del giro que decíamos, y que la levanta como una grúa, tiene las actuaciones de los tres nombrados -Malek cansa un poquito con sus ojos saltones a lo Freddie Mercury- y la música del gran Thomas Newman. El compositor de Belleza americana, Buscando a Nemo, Skifall y 1917, que de las 15 veces que fue candidato al Oscar nunca se lo llevó, apoya desde la columna sonora al filme.

¿Que el auto gira y Denzel no mueve el volante? ¿Que de noche hay luna llena, pero ilumina solo una parte de lo que se ve? Son detalles.

Pero también, cómo puede predisponer al espectador el cambio de un título, por mínimo que fuere. No es lo mismo Pequeños secretos, como se estrena en Latinoamérica, que Pequeños detalles, como se la conoce en España.

No es algo menor, y si ven la película lo comprenderán.