Pelo malo

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

A partir de un simple hecho como el de intentar alisar un pelo rizado por genética, la directora Mariana Rondón aprovecha en "Pelo Malo" (Venezuela, 2013), multipremiada película, para hablar de la cotidianeidad de su país a través de una madre viuda y un hijo que intentan sobrevivir pese a los obstáculos con los que se encuentran todo el tiempo.
Junior (Samule Lange Zambrano) es el del pelo malo y quiere cambiar a toda costa esto cuando tiene que sacarse la foto para su escuela y se inventa un alterego cantante y que con su cabello impecable y liso atrae a todas las mujeres.
Marta (Samantha Castillo) su joven madre viuda, ve en este simple gesto un desvío o una conducta poco apropiada por lo que intentara a través de consultas al medico y la imposición de reglas "ordenar" sus ideas alocadas.
Pero "Pelo Malo" va mas allá de este dato, y el cabello es sólo la anécdota para contar en profundidad el postergamiento de sueños y anhelos por el otro y el conformarse con lo poco que pueden conseguir.
Marta quiere que le devuelvan su trabajo de seguridad privada a toda costa, siente que eso le puede cambiar la vida aun, y Junior quiere triunfar como cantante pop, y en el sacarse una foto vislumbra la posibilidad de transformarse en otro y ser aceptado por aquellos a los que intenta acercarse, y de paso, afirmar su sexualidad.
Ambos se mantienen con sus ideas aun sabiendo que nadie más que ellos pueden transformar el duro presente que les toca vivir.
Se contienen, se celan, se guardan las palabras para no caer en la cuenta que mas que un trabajo o una foto lo que realmente necesitan es comunicarse entre ellos y acercarse mucho más.
“Pelo Malo” bucea en las entrañas de la clase baja para construir con imágenes potentes y escenas digresivas el punto exacto entre el cinema verité y la ficción.
Rondón realizó un largo proceso de cast hasta que encontró a los actores para el filme, recientemente agregó que la decisión final dependió de una escena clave que les hizo ensayar en la que la madre y el hijo bailan y comienzan a descargar algo de la tensión contenida “cuando los vi ensayando eso dije ya está”, y errada no estaba. Esa escena resume la pasión con la que los actores se comprometieron con la película y la directora.
Rondón ama sus personajes y por eso los dota de identidad y realismo en una historia potente sobre los vínculos filiales, la idealización de los sueños, y, sobre todo, sobre el agobio cotidiano cuando todo falta y nada parece salir como uno se imagina.
“Pelo Malo” es un viaje intenso que brinda luz no sólo sobre la realidad de Venezuela, sino que desentraña la arraigada cultura machista en la que cualquier acto diferente al esperado puede llegar a generar un episodio de confusión sin más que acusar al otro.