Pax Americana y la conquista militar del espacio

Crítica de Natalia Trzenko - La Nación

La peligrosa conquista del espacio exterior

Un documental muy convencional

En la producción de documentales, el hecho de contar con un tema interesante, novedoso o sensible para el público supone un gran inicio, la mitad de la batalla cinematográfica ganada a la que luego se suman las formas que conseguirán-o no-, completar un película entretenida e informativa.

En el caso de Pax Americana y la conquista militar del espacio, entre una temática significativa y atrapante y su puesta en escena algo se perdió en el camino. Convencional y obvia en sus planteos estéticos, la película no logra despegar de cierto didactismo que la acerca más a un informe televisivo que a films como los de Michael Moore, vinculación inevitable teniendo en cuenta el tema del film.

Aunque Moore sea un cineasta maniqueo en sus planteos y esté a veces más interesado en aparecer como un paladín de la justicia que en ser un realizador, lo cierto es que sabe cómo manejar los hilos del documental actual, algo que el francés Denis Delestrac no parece haber captado del todo. Aquí no hay personajes con los que comprometerse, ni historias en minúscula que seguir sino que todo gira en torno de la militarización del espacio, un proyecto del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. A partir del concepto de Pax Americana, el film explora los planes de ese país por mantener su rol de policía planetaria desde el espacio exterior.

Así, el film reconstruye ayudado por una voz en off-un híbrido entre las que se escuchan en los ascensores y los contestadores automáticos-, y una batería de expertos que nunca identifica, la historia de la conquista del espacio desde las iniciativas del nazismo hasta la era del satélite.
Guerra de las galaxias

Por momentos, cuando Delestrac se mete en las clases de la escuela militar de aviación y presenta a uno de sus cadetes, el film insinúa una línea de desarrollo que luego no consigue completar, aunque es notable el acceso que logra a esos espacios en los que la guerra de las galaxias es mucho más que una película fantástica para chicos. Allí, la idea de que el espacio es el nuevo campo de batalla, la zona de conflicto del futuro no es una cuestión de ciencia ficción sino de política exterior de la potencia más guerrera del mundo.

A modo de señal de emergencia, la película explica cómo la intención de lanzar al espacio satélites munidos de armas provocará un desastre planetario inédito. Para apoyar su tesis, el director convocó a un grupo de expertos entre los que aparece el lingüista y ensayista Noam Chomsky y el actor y activista Martin Sheen. Claro que, inexplicablemente, el director decide no presentar a ninguno de sus opinólogos, un olvido que le quita fuerza a sus declaraciones.

Aunque resulta especialmente alarmante y muy interesante desde un punto de vista político, la nueva carrera armamentista emprendida por los Estados Unidos, lo cierto es que este documental carece de la calidad que su temática requería.