Paraíso: Amor

Crítica de Martín Chiavarino - A Sala Llena

El amor en tiempos de neocolonialismo.

Los conceptos de “paraíso” y “amor” recorren toda la historia del pensamiento. Las religiones, los sistemas filosóficos y la cultura se preguntan incansablemente qué son y cómo abordarlos, pero lo único que se repite es la constancia del carácter inabordable de estas ideas que sacuden y transforman toda nuestra estructura sentimental.

Paraíso: Amor (Paradies: Liebe, 2012) es la primera parte de la trilogía sobre el paraíso del director y guionista austríaco Ulrich Seidl. Teresa (Margarete Tiesel) es una mujer austríaca que vive con su hija y decide emprender unas vacaciones en Kenia, en el continente africano, tierra exótica, llena de aventuras, miseria, peligros y “buenos salvajes”, según los prejuicios primermundistas europeos. El director emprende una búsqueda de la tensión que divide el mundo del turista europeo, que busca esa promesa de aventuras, y el de los habitantes de Kenia, que intentan ganarse la vida ofreciendo a los turistas sus mercancías, su ayuda y su compañía...