Para los pobres piedras

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Lo primero que impacta de este documental, es el enorme trabajo de elaboración y producción realizado por Mathieu Orcel y equipo para la concreción de “Para los pobres piedras”. Luego de habernos traído “Salida de Emergencia” en el Canal Encuentro, con gran repercusión, el hombre se adentra en un desafío muy comprometido: transmitir las ideas, modos de vida y concepciones culturales de dos comunidades mapuches en Neuquén a partir de una convivencia con ellas, de cuatro años…
Para compartir con estos clanes, era necesario aprender a hablar el idioma (Mapuzungun), y adentrarse en la montaña, donde los crianceros veraneantes hacen su actividad alejadísimos del contacto con los centros poblados.
Orcel y sus sonidistas Fernando Barraza y Mercedes Eliçabe,se animaron a subirse a los caballos y seguirlos, comer con ellos, respirar el mismo aire patagónico… en definitiva a decodificar su idiosincracia, en toda su dimensión.
Es cierto que aquí abunda lo no verbal, pero ese espacio es observación y reflexión interna. Guía las explicaciones sobre la problemática de este grupo etáreo.
“Para los pobres piedras” es un film sorprendente, en algunos tramos, el registro que hace (por ejemplo, cuando uno de los hombres intenta llamar a su madre desde la montaña y no consigue señal, cuando Cecilia canta, cuando presenciamos el apilamiento de las bolsas con lana que no se venden porque el precio es bajo) es tan claro que da la impresión de que no necesitamos nada que no sea mirar, las acciones están dictando el árido contexto en que viven. Quiero decir, este no es de los documentales que nos exponen a cuantiosas explicaciones sobre hechos. Hay vida aquí. Y no hace falta nada más que presenciarla.
Basta que nos predispongamos a mirar, y ahí aparecen la caracterización como sujetos en contexto, sus necesidades, anhelos y necesidad de preservar su cultura. Sus ritos, su vínculo con la naturaleza.
De corte intimista, pausado, pleno en paisajes amplios y cielos abiertos, “Para los pobres piedras”, también habla de las dificultades para sobrevivir, frente al descuido del Estado en cuidar nuestra memoria y el avance de las corporaciones que compran grandes latifundios y restringen los espacios para que los mapuches puedan desarrollar sus actividades… ¿a quienes pertenecen esas tierras? Cuál es la protección que como sociedad tenemos hacia ellos y qué grado de conocimiento hay sobre su situación actual?
Todo un abanico se abre a partir de este iniciador.
Desde el mundo de los blancos (ya nos bajamos de la montaña y estamos frente al procesador de texto), digamos que éste es un film necesario. De esos que hacen preguntas dolorosas. Y para los cuales habrá que encontrar nuevas respuestas.