Orgullo, prejuicio y zombies

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Cocoliche cinematográfico

Una mezcla de géneros, tonos y estilos que no funciona bien en ninguno de los terrenos.

Si alguien creía que una combinación entre la comedia romántica de época basada en la exquisita prosa de Jane Austen (más precisamente en su consagratoria novela de 1813), el espíritu feminista de Buffy, la cazavampiros, la estilización canchera de las heroínas de Sucker Punch - Mundo surreal y el gore del primer Peter Jackson podía resultar en algo medianamente coherente y atractivo, el resultado final de Orgullo + Prejuicio + Zombies lo desmiente por completo. Un patchwork estilístico y genérico que está más cerca del cocoliche absurdo y ridículo que de la relectura pop e irónica.

Ni siquiera la ductilidad y la elegancia de los jóvenes intérpretes británicos aquí reunidos (desde la protagonista Lily James hasta el carilindo Sam Riley, pasando por Douglas Bouth y Bella Heathcote) alcanza a maquillar un film que, más allá de sus personajes arrogantes y provocadores (orgullosos y prejuiciosos), de las intrigas y enredos, de los personajes femeninos decididos e independientes, de cierto esplendor visual y del espectáculo de los zombies siendo descuartizados el guionista y director Burr Steers (Las locuras de Igby, 17 otra vez y Más allá del cielo) nunca logra una solidez, un tono, un registro y unos climas que resulten mínimamente convincentes. Así, esta experiencia de casi dos horas termina siendo no sólo poco entretenida sino directamente frustrante.