Olé, el viaje de Ferdinand

Crítica de Santiago García - Leer Cine

TORO DE PAZ.

Ferdinand The Bull fue un cortometraje de Disney realizado en 1938 y ganador del premio Oscar. Estaba basado en el más famoso de los cuentos de Munro Leaf. Dicho cuento, publicado en 1936, generó gran polémica. Fue prohibido en muchos países, incluso en España, donde fue puesto a la venta meses antes del estallido de la Guerra Civil Española, y fue visto por muchos partidarios de Francisco Franco como un libro pacifista. En la Alemania nazi, Hitler ordenó que el libro fuera quemado, mientras que Stalin, el líder de la Unión Soviética, le concedió estatus privilegiado como el libro de los únicos niños no comunistas permitido en Polonia. El líder de la India Mahatma Gandhi lo llamó su libro favorito. Como sea, el libro no resultó indiferente. No se trata de un libro contra la tauromaquia, un tema que hoy parece preocupar más a la gente que una guerra mundial.

Olé, el viaje de Ferdinand extiende la historia de aquel cortometraje, le agrega personajes y por supuesto le suma un discurso vinculado inevitablemente con la tauromaquia. Ferdinand simplemente es un toro pacífico que por un equívoco termina destruyendo una feria y, parafraseando al dicho, convirtiéndose en un toro en un bazar. La comedia brilla en estas y otras escenas y Carlos Saldanha, el mismo de las sagas de animación La era del hielo y Río, realiza su mejor película. El humor, la simpatía y la emoción están completamente equilibradas en este nuevo título y la corrección política encuentra una vuelta de tuerca para no ser una bajada de línea sino la identidad misma del protagonista. Sin tantos trucos mecánicos del mundo latino prefabricado de Pixar, El viaje de Ferdinand es un film que triunfa por su talento pero también porque respira autenticidad y convicción en cada escena.