No te preocupes, no irá lejos

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Bosquejos de la voluntad

Gus Van Sant es un especialista en la indagación cinematográfica de sucesos traumáticos, cuestiones tabú y personajes complejos y atribulados en contextos conflictivos, ofreciendo a través de sus películas un panorama de las heridas abiertas en su país. En films como Elephant (2003), Paranoid Park (2007), Last Days (2005) y Milk (2008) el realizador norteamericano demostró que este tipo de hechos y las biografías de personajes afligidos son su especialidad y hasta su obsesión. En No te Preocupes, No Irá Lejos (Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot, 2018), su última obra, reconstruye la vida del polémico y talentoso caricaturista estadounidense John Callahan, un dibujante que se destacó por su humor negro y su estilo provocador.

Con una edición caleidoscópica y fragmentaria Van Sant se adentra en las memorias de Callahan para ofrecer un retrato descarnado de un personaje marcado por el abuso, el abandono, el alcoholismo y un temprano accidente automovilístico que lo dejó postrado en una silla de ruedas a la edad de veintiún años. La película se centra en el proceso de recuperación de la adicción del caricaturista al alcohol a partir de su relación con su sponsor, Donny, un joven homosexual adinerado que ayuda a personas con traumas de diversa índole. En el grupo de Donny, John encuentra la posibilidad de abrirse ante personas que también han transitado caminos sinuosos como él y han logrado salir de la adversidad. Kim Gordon, una de las fundadoras de la banda pionera del sonido grunge, Sonic Youth, se luce en un reparto que funciona como contrapunto de los protagonistas en este grupo de adictos en recuperación que han tocado fondo y buscan construirse una nueva vida alejados de todo aquello que los llevó a esa situación extrema.

Tanto Joaquin Phoenix en el papel de Callahan como Jonah Hill como Donny realizan un gran trabajo que transmite autenticidad y compromiso a una propuesta de gran sensibilidad iconoclasta y carácter inconformista que hace hincapié en los problemas de aquellos que no encuentran su lugar en el mundo de las apariencias mediocres. Rooney Mara, Jack Black, Udo Kier y Tony Greenhand, entre otros, completan un elenco que acompaña a Phoenix en su versátil personificación del caricaturista ya fallecido, siempre perseguido por los demonios de su pasado, el abandono de su madre al nacer, el alcoholismo y un episodio de abuso sexual en su niñez que no es narrado en el film. La música de Danny Elfman le aporta a la propuesta una sensación de intensa intimidad que funciona muy bien con el estilo que Van Sant le impone a su reconstrucción de la vida de Callahan.

No te Preocupes, No Irá Lejos es una extraña combinación de talentos en la que las caricaturas y las animaciones ofrecen algunas muestras de los trabajos de este dibujante que pudo superar su cuadriplejia y su adicción al alcohol para ofrecer su visión de una sociedad marcada por las contradicciones de las falsas poses del liberalismo políticamente correcto y el conservadurismo más tradicionalista, dos caras de la misma moneda oxidada norteamericana de exportación que tenía como propósito ocultar un abierto afán imperialista y unas perversiones realmente condenables.

Van Sant logra aquí que el espectador pueda identificarse con las contradicciones que atraviesan a los protagonistas, ofreciéndole personajes de un realismo demoledor. Al igual que en otros de sus films, el realizador de Good Will Hunting (1997) explora en el núcleo de los traumas con el objetivo de buscar sus causas y exponerlas para enfrentar el proceso de recuperación en un homenaje a la voluntad y la tenacidad de Callahan para superar sus problemas tras tocar fondo.