New York, I love you

Crítica de Horacio Bernades - Página 12

El amor a la vuelta de cada esquina de Manhattan

Uno creyó que la cosa empezaba y terminaba ahí. Pero no. Paris, je t’aime, película en episodios estrenada en Buenos Aires dos o tres años atrás, terminó resultando el puntapié inicial de lo que a la larga será un largo tour cinematográfico por las ciudades más importantes del mundo. Creado por un señor Emmanuel Benbihy, el proyecto –imaginativamente titulado Cities of Love– consiste en una serie de largometrajes dirigidos y protagonizados por gente de renombre, que tienen a las ciudades como fondo y a las relaciones amorosas como tema. Mientras se hallan en preparación Rio, eu te amo, Shanghai, I Love You y Jerusalem, I Love You (no por el momento Buenos Aires, te amo o Bi Ei, I Love You), aquí está la indefectible New York, I Love You. Aunque su internacionalismo pasteurizado la convertía en posible precedente del lavado Mundial sudafricano, Paris, je t’aime contaba al menos con las firmas de los hermanos Coen, Gus Van Sant, Olivier Assayas, Walter Salles, Alfonso Cuarón, Nobuhiro Suwa... La mucho más modesta New York, I Love You sale a la cancha con el alemán Fatih Akin, la india Mira Nair y nueve más. Es como pasar de la altanería primermundista de Cristiano Ronaldo a la pobreza conceptual de eslovacos o eslovenos.

Uno de los episodios se intercala a lo largo de toda la película y hay personajes que pasan de una historia a otra, como forma de hilvanar un tejido disímil. Como en la anterior, los cortos reunidos oscilan entre la estructura clásica (breve exposición, desarrollo, final sorpresa), el carácter apenas abocetado de algunos y la intención impresionista de otros, no tan dirigidos al remate rotundo. Los más rescatables son los más clásicos, ya sea en versión amarga (el frustrado o exitoso encuentro erótico entre Chris Cooper y Robin Wright, en la vereda de un restorán, obra del francés Yvan Attal), cómica (Ethan Hawke gasta saliva con la top model asiática Maggie Q, también con firma de Attal) o cómica-incorrecta (la loca noche entre un muchacho y una chica en silla de ruedas, debida a Brett Ratner).

Frente a ellos, Fatih Akin (Contra la pared, Al otro lado) reitera su obsesión por el artista romántico-autodestructivo, Mira Nair fuerza la atracción interreligiosa entre un emigrado indio y una chica judía ortodoxa (Natalie Portman), la propia Portman no tiene un debut auspicioso como realizadora y Julie Christie y John Hurt protagonizan un agobiante melodramón en versión comprimida, que el británico Anthony Minghella dejó inconcluso a su muerte y el realizador indio Shekhar Kapur (Elizabeth) completó. A lo largo del metraje, James Caan, el nonagenario Eli Wallach y la gloriosa Cloris Leachman (Bésame mortalmente, La última película) se cruzan con los recienvenidos Shia LaBoeuf, Bradley Cooper y Blake Lively, haciendo descansar sobre Maggie Q y la siempre increíble Qi Shu (Millenium Mambo) el toque de exotismo chic que tan bien parece sentarle al proyecto entero.