Mundialito

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El fútbol como instrumento político y liberación social

Que el fútbol es un instrumento de manipulación política (y no sólo de las dictaduras militares) es algo que los argentinos conocemos (y no sólo por el Mundial '78).

En Uruguay ocurrió algo similar con la Copa de Oro (el Mundialito) que en 1980 convocó a cuatro campeones mundiales (Alemania, Brasil, Argentina y el anfitrión) y a Holanda en reemplazo de la renunciante Inglaterra. Los dueños de casa, se sabe, se quedaron con el triunfo y se desató el festejo masivo por las calles en medio de uno de los regímenes militares más largos (1973-1985) y represivos del mundo (la proporción de asesinados, desaparecidos, torturados, presos y exiliados en relación con la población total fue altísima).

El director Sebastián Bednarik se basa en una sólida investigación, en lúcidos testimonios y en una narración clara e inteligente, combinando la "justa deportiva" con la pretensión de los militares uruguayos de perpetuarse en el poder mediante un plebiscito para modificar la constitución (terminarían perdiendo por el 57 por ciento de los votos).

La contradictoria situación de los presos políticos, los incómodos recuerdos de los jugadores de aquella selección, la presión sobre los periodistas deportivos (la figura de Victor Hugo Morales tiene un papel importante), la aparición de insólitos financistas con fondos de dudosos orígenes en una trama que llegó hasta Silvio Berlusconi o la infame presencia del por entonces mandamás de la FIFA Joâo Havelange son algunos de los tópicos que Bednarik maneja con gran sagacidad y pericia, en un relato que se sigue siempre con interés más allá de cierto lenguaje que por momentos parece más televisivo que cinematográfico. Un pequeño gran documental sobre hechos que ocurrieron del otro lado del charco, pero que bien reflejan lo que pasó también en nuestra sociedad.

Nota: En los créditos finales se indica que el ex presidente Tabaré Vázquez -por entonces tesorero de la organización del Mundialito- y Julio Grondona -eterno presidente de la AFA- fueron los dos únicos que no quisieron prestar su testimonio para el film, algo que sí hicieron decenas de personas, incluidos los ex mandatarios Jorge Batlle y Luis María Sanguinetti y el actual José "Pepe" Mujica.