Mujercitas

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

El clásico de Louisa May Alcott fue, en su momento, revolucionario por cómo la autora presentaba a los personajes femeninos -su propia familia-. La película de Greta Gerwig es en parte innovadora en cuanto a cómo adapta, aggiorna la novela original a los tiempos que corren.

Por ejemplo, a Gerwig no le tiembla el pulso al poner en boca de Jo (Saoirse Ronan) palabras que la plantan firme ante el editor de su primera novela.

Y se sabe que el que no arriesga, no gana. Y Gerwig gana.

La historia sigue siendo la misma. Las “mujercitas”, como las llamaba su padre, ausente porque está en el frente de batalla durante la Guerra de Secesión, son las hermanas March. Las cuatro tienen cualidades artísticas: Jo se destaca escribiendo, Meg, que en apariencia es sumisa, como actriz, Amy, para la pintura, y Beth, para el piano.

La novela y el filme siguen a Jo, quien aborrece los estereotipos, y en la mirada de Gerwig mantiene su carácter fuerte. Es independiente, desea mantener su libertad aún a costa de perder el amor. Hasta que… Los personajes no son necios. Saben lo que quieren, apuntan a lograr sus metas y van por ellas. Sean niñas, o adolescentes.

Para el espectador que no esté familiarizado con la novela, puede que las idas y vueltas en el tiempo -escaso tiempo- les resulte confuso en un comienzo, pero la película tiene una segunda mitad en la que Gerwig despliega todo su talento. Y le bastan apenas planos para sintetizar acciones. Sin diálogos, pero sí con música -del francés Alexandre Desplat, por duodécima vez nominado al Oscar, que ya ganó en dos oportunidades-: toda una señal de síntesis y aptitud, y alejada del cine de qualité.

Adaptada en siete oportunidades al cine, dos durante el período silente, la que tiene aún hoy mayores resonancias es la versión de la australiana Gillian Armstrong (1994), con Winona Ryder, Susan Sarandon y Christian Bale como Laurie, el nieto del vecino adinerado del que Jo y Amy se enamoran. Hoy, ese rol lo cumple Timothée Chalamet (Llámame por tu nombre, Un día lluvioso en Nueva York) quien, como Saoirse, estaba en Lady Bird, el anterior filme de Greta Gerwig, también candidato al Oscar.

Pero las mejores actuaciones están en el elenco femenino. Y si Ronan no lleva casi todo el peso del relato es porque “sus hermanas” -en especial Florence Pugh, la inglesa de Midsommar, como Amy, pero también Emma Watson y la australiana Eliza Scanlen- no dejan de lucirse.

Laura Dern con Marmee, la madre hacendosa y preocupada por la comunidad, aparece menos encorsetada que Meryl Streep como la tía March, inclusive en esa dualidad o dicotomía de mujer pobre y mujer rica.

En los roles masculinos está muy bien Chris Cooper como el Sr. Laurence, pero no así Louis Garrel como el profesor Friedrich Bhaer, y ya resulta imposible despegar a Bob Odenkirk de su personaje de Saul en Breaking Bad, por más que interprete a un sobrio Robert, el padre de las Mujercitas en esta lograda adaptación-bien merece el Oscar en su rubro este año- de un clásico de la literatura.