Mujer Maravilla 1984

Crítica de Manuel Germano - Ociopatas

Washington, 1984,guerra fría. Diana Prince mantiene la ciudad bajo control hasta que una piedra de origen desconocido que cumple deseos comienza a provocar el caos. Aunque suene delirante, esta nueva entrega de Wonder Woman se centra en los conflictos que genera la utilización de esta piedra en manos equivocadas, ambiciosas y frustradas.

Max Lord (Pedro Pascal), un empresario a punto de quebrar, consigue obtener el objeto tras seducir a la científica Bárbara Minerva (Kristen Wiig), compañera de trabajo de Prince y quién le ha pedido a la piedra convertirse en alguien diferente a ella misma, lo que traerá consecuencias. Los planes de Lord son catastróficos a escala mundial y Diana debe sacrificar lo que más quiere para poder darle batalla.

El argumento da lugar a que ocurran varios conflictos de acuerdo a la voluntad del villano en cuestión. Son tantos los “deseos” concedidos, y con ellos, los problemas que emergen, que de alguna manera se justifican los extensos 151 minutos de duración de esta película. El querer contar tanto tiene como consecuencia que nada termine de sorprender demasiado. Sin embargo, “Wonder Woman 1984” tiene escenas de acción y efectos visuales bien logrados, al igual que una recreación de época atinada. No hay mucho que objetar sobre los rubros técnicos. Respecto del guión, la película no toma riesgos y apunta a una fórmula que funciona en este tipo de películas. Es previsible y por momentos obvio y no aprovecha del todo el contexto social en el cual se ambienta para poder contar una trama más interesante y creíble que la decide narrar.

El film tiene a una Gal Gadot efectiva y bella, y un Pedro Pascal que intenta matizar su personaje, pero no lo logra del todo. Las participaciones de Chris Pine (sí, vemos a Steve Trevor en esta edición) y Kristen Wiig son correctas y funcionan en relación a la trama.

“Wonder Woman 1984” es un tanque importante y atrapará a los seguidores de este personaje y tipo de películas. Tiene lo necesario para entretener un buen rato, pochoclos de por medio y frente a la pantalla grande, la cual sugiero que vean hasta luego de los títulos.