Motivación cero

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

La realizadora Talya Larvie nos entrega una ópera prima divertida, desde una perspectiva original, y sin dudas muy fresca. El film, dividido en tres partes que intercalan entre el punto de vista de dos de sus protagonistas, retrata la cotidianeidad de un grupo de soldados femeninos del ejército israelí que está muy lejos de sentir la guerra en carne propia, sino que estancadas en un trabajo administrativo.
La que quiere irse de allí a toda costa para estar en la ciudad, y la que es virgen, con mala conducta y odia estar ahí pero no hace nada que pudiera sacarla en algún momento, todo lo contrario. Su mayor preocupación parecería ser obtener y mantener el récord en el Buscaminas, una de las pocas cosas que encuentra divertida en ese lugar. Además, están bajo el mando de Rama, una mujer que no les hace nada fácil su trabajo.
Con mucho humor, algo de drama en algún momento indicado, y mucha soltura, la película, más allá de lo curioso de su premisa inicial, introduce temas tan universales como la amistad femenina, las relaciones amorosas, y situaciones que podría haber en diferentes lugares de trabajo, no sólo en una de las milicias más importantes del mundo: el abuso de poder y las decepciones que provocan ciertos sueños, por ejemplo.
Estas figuras femeninas fuertes (que una llore todo el tiempo, no le quita fortaleza) son las protagonistas de una película que con mucha frescura se introduce en el tema de la guerra, pero siempre desde un costado, sin cuestionar su trivialidad siquiera, reflejando el lugar que ocupan las mujeres en un mundo tan machista –porque además, ellos son los únicos héroes y lo menos que podemos hacer nosotras es serviles un café-.
La cinematografía es bastante simple, correcta, de un modo muy estadounidense, por lo tanto accesible para las masas, y la música, si bien funciona para intensificar tonos y climas, por momentos es casi invasiva. A favor le juega además la estructura, dividida en capítulos, aunque al hacerlo más ágil también le da un aire a producto televisivo (no a telefilm, no confundamos).
Interesante, Motivación cero es una buena película, quizás menos profunda de lo que uno espera (incluso dentro de su combinación entre el drama y la comedia gana este último por mucha diferencia) pero sin dudas que vale la pena ver.