Misión rescate

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

Gran crónica marciana ¡cuatro estrellas para la nueva película de Matt Damon!
A los 77 años, Ridley Scott estuvo muy cerca de crear otra obra maestra de su carrera con Misión rescate. Se trata de “la gran película de Marte”.

Cuando ya nadie creía que Ridley Scott iba a hacer una película a la altura de sus obras maestras, lo hizo una vez más. No sólo una de las mejores películas del año sino la gran película de Marte.

El filme protagonizado por Matt Damon como el astronauta especialista en botánica Mark Watney, está basado en la novela El marciano (The martian), de Andy Weir, que en el principio (2009) fue publicada por capítulos en la web.

Misión rescate cuenta la historia de una tripulación que debe abortar su misión en Marte debido a una fuerte tormenta. Un pedazo de antena golpea a Watney, y sus compañeros no pueden detenerse ni ayudarlo ya que morirían todos.

Una vez en la nave, despegan sin dudarlo ya que dan por muerto a su compañero. Pero está vivo, y acaba de quedar sólo en el inhóspito planeta. Lo que sigue es la crónica marciana de Watney, que reporta día a día cómo va resolviendo los problemas. Tiene que aplicar la ciencia con lo que tiene, utilizar la inteligencia, racionar bien la comida, organizar, trabajar con paciencia y sortear las dificultades con humor, elemento que juega un rol importantísimo.

Misión rescate es un filme optimista y una película sobre la fe, aunque la presencia de la misma está fuera de campo porque hay cosas más importantes, como sobrevivir en un hábitat hostil. Es también una película sobre la importancia de las personas, siempre por encima de las ideas, de las instituciones y la patria.

El trabajo que hace Scott es notable. El realismo teñido de humor que logra, y que por momentos roza lo paródico, es lo que la singulariza. El filme posee una fuerza narrativa cuya clave consiste en no demorarse en devaneos teóricos ni en reflexiones existencialistas. Scott no se detiene a reflexionar tanto como en ir al grano, en contar un historia emotiva, dinámica, entretenida, inteligente, que salda cuentas con la tradición de películas del espacio, que va más allá y que no se toma tan en serio aunque nunca deje de ser un trabajo serio.

La inteligencia para alternar las distintas historias (entre Marte, la Tierra y la nave) sin desmerecer ninguna, pero siempre sabiendo que la de Marte es la más importante, roza lo prodigioso. Las calculadas dosis de ciencia ficción, aventura espacial, suspenso, acción, drama, comedia, es la virtud, sumada al ritmo del montaje y la banda de sonido (tanto la música que escucha Watney como la banda sonora original), hacen del filme una robinsonada sideral memorable, un naufragio espacial que no deja que el espectador se distraiga.

Si no se apuraba tanto el final y si no terminaba siendo una película de reclutamiento explícito para la Nasa, hubiera sido una obra maestra.