Minions

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Fiebre amarilla

Cuando se estrenó Mi villano favorito en el año 2010, los delirantes secuaces del protagonista se robaban gran parte del show, lo mismo ocurría con la secuela del año 2013, cuando ya había quedado claro que los pequeños amarillos eran los favoritos de los niños y se convertían en un merchandising irresistible. Pero aunque los Minions también protagonizaron cortometrajes, publicidades y promociones cinematográficas, en el total del metraje de ambos films no eran nunca protagonistas. ¿Podrían resistir ser el centro de un largometraje ellos solos sin aburrir a los espectadores? La respuesta está en esta película y es no. Los Minions durante eternos noventa minutos agotan su gracia. De hecho lo mejor del film es el comienzo, que ya fue adelantado en los trailers del film. La búsqueda de un villano al que seguir genera algunos gags iniciales simpáticos y –con indudable prudencia- se detiene en Napoleón, para no mezclar a los Minions con villanos del siglo XX. Años más tarde, la búsqueda se reanuda y los lleva hasta Londres, donde viven una aventura tan pequeña como poco interesante. La comedia slapstick, esa comedia que cultivaban los cómicos del cine mudo, es el fuerte de los Minions. Los alocados personajes recuerdan a los Keystone Cops, esos policías que se metían en frenéticas persecuciones delirantes durante el período silente. Incluso en esta película, queda clarísima la influencia de Charles Chaplin, no solo en la comedia física, sino también en el uso de un idioma inexistente, como tan bien sabía hacerlo el cómico inglés. Pero con eso no alcanza, los chistes son repetitivos, la duración de la película apaga la euforia inicial y se hace muy complicado seguir con ganas de ver a los personajes. Noventa minutos son mucho para el trío protagónico y todos los demás miembros de su tribu. Los realizadores confiarán en el esfuerzo del espectador para reírse con los personajes aun cuando no causen gracia alguna. Si funcionaron antes, la inercia tal vez haga algo de magia para soportarlos en este largometraje, aunque queda claro que son mejores acompañantes que protagonistas. Como dato final hay que decir que la película lamentablemente se estrena solo con copias en castellano. Una pena, aun cuando las voces del doblaje incluyan a Thalia y a Ricky Martin. Teniendo en cuenta la pobreza de la película, el mejor consejo es esperar a verla en cable, al menos en su idioma original.