Minions

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Fiesta Amarilla

Son entrañables. Nos enamoramos de ellos desde un primer momento. Tenemos en algún rincón de nuestras viviendas algún merchandaising evocándolos. Era lógico el paso a la pantalla grande en su propia película y no falto tanto desde la primera vez que los vimos hasta que "Minions" (USA, 2015) de Pierre Coffin y Kyle Balda ocurriese.

Es que era cantado que el spin off de "Mi villano favorito" iba a construirse apelando a la gracia de los ¿huevos? ¿Tic Tacs? ¿Chizitos? amarillos. A su ingenuidad, torpeza, valentía y tezón.

¿Pero con eso alcanza?
Veamos. "Minions" arranca su acción con la historia, narrada oralmente sobre imágenes, de la historia de estos peculiares personajes y de cómo fueron construyendo su propia "aldea" sometiendose a amos que sólo sacaban redito y provecho de su bondad.

Siempre necesitaron un amo, al que lo ubicaban una y otra vez en la categoría de deidad y por la cual vivian. Sin ellos los minions se sentían vacíos, huecos, perdidos, desesperanzados.

Al perder al enesimopialcuadrado amo y pese a poder haber armado un espacio de dispersión propio, tres de ellos Kevin, Stuart y Bob (cada uno con su particularidad) deciden ir en busca de un lider para su "manada".

Y así es como recaen en NY, en el año 1968, para ser precisos, y por un accidente con la TV se enteran de una convención de Villanos a la que decidirán asistir para conocer a Scarlett, una bella y malvada mujer, a quien ven como su proxima ama.

Pero los minions desconocen la realidad de esta mujer, y más allá de que en la convención pudieron superar a todos los seres más malignos del mundo para estar con ella, se verán envueltos en una serie de sucesos que terminarán coronando a Bob como nuevo rey de inglaterra y destronando a la reina vigente.

Luego no hay mucho más que Scarlett tratandose de vengar de los minions, del resto de los minions tratando de llegar al trío "salvador" y de una representación de un estado de época interesante que se apoya en una elocuente banda sonora.

Pero los minions no necesitaban de esta trama de recontraespionaje internacional. En la ambición por querer narrar algo superior quizás que hasta las dos entregas de "Mi villano..." se pierde el espíritu ideal y casi infantil de los minions, que por momentos vuelve en manera de gag breve y eficaz.

"Minions" es una película bien narrada, con un potente conflicto central, pero que en la ambición de contar algo más que la vida de los adorables seres amarillos termina perdiendo el objeto disparador.

Menos es más dice un viejo refrán, y en este caso, para estos hermosos personajes, queda muy bien recordarlo.

Imperdible la escena de apertura con los minions cantando la canción de Universal.

Puntaje: 6/10