Minions: nace un villano

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

La proliferación de dibujitos animados en tiempos de vacaciones de invierno es un clásico de las salas comerciales. Son muchas las animaciones que desfilan como propuesta para los más chicos en el mes de julio, y más este año, que trae algunos estrenos atrasados por la pandemia, como es el caso de la nueva entrega de la saga de Mi villano favorito, Minions: nace un villano, que se iba a estrenar en julio de 2020.

La clave del éxito del dibujito producido por Illumination Entertainment, que tiene como personajes principales a las ya icónicas cápsulas humanoides de color amarillo vestidas con jardineros y gafas grandes, es fácil de explicar y de entender: las películas son muy graciosas porque sus personajes lo son.

El humor de los minions es tan elemental y efectivo como el que supo tener el cine en sus comienzos, cuando estaba desprovisto de palabras y la comedia física era su fuerte. Los minions no hablan, balbucean, y esa característica es lo que más gracia hace, además de las desopilantes situaciones por las que atraviesan mientras acompañan a Gru, su villano favorito, lo que les da la posibilidad de desplegar innumerables gags y travesuras hilarantes.

Minions: nace un villano es la secuela de Minions (2015) y la precuela de las tres entregas de Mi villano favorito (2010, 2013 y 2017). La película dirigida por Kyle Balda, Brad Ableson y Jonathan del Val cuenta el origen de Gru, es decir, la vida del personaje de nariz ganchuda antes de que se convierta en el malvado que todos conocemos. Para eso, la película se remonta a la década de 1970, cuando un preadolescente Gru sueña con ser el villano más grande del mundo.

Entre música disco y personajes afro, al mejor estilo del blaxploitation, se abre paso Vicio6, un grupo de supervillanos, liderado por Wild Knuckles, que busca la Piedra del Zodíaco para poder hacer sus maldades y atacar a la Liga Antivillanos en la noche del Año Nuevo Chino. Mientras tanto, Gru manda una carta a los integrantes de Vicio6, de quienes es fanático, para que lo acepten en una convocatoria secreta para cubrir una vacante.

Vicio6 le da la entrevista a Gru, pero no lo acepta debido a su corta edad. La decisión de Belle Bottom, la nueva líder del grupo después de dejar afuera a Wild Knuckles cuando este encuentra la Piedra del Zodiaco en una isla, lleva a Gru a robarles el objeto mágico que lucen como trofeo.

A partir de ahí, la trama se va a dividir en dos subtramas, una que tiene a Gru y a sus minions (con Kevin, Stuart, Bob y Otto a la cabeza) escapando de los supervillanos que los persiguen para recuperar la piedra, y otra que tiene a Knuckles persiguiendo a Gru por el mismo motivo, subtrama que muestra, además, cómo se va construyendo la amistad entre el viejo Wild y Gru. Quizás esto la perjudica un poco, ya que por momentos la película se olvida de algunos personajes.

Las historias siempre estuvieron contadas por los superhéroes, dejando en un segundo plano la voz de los supervillanos. La inversión del punto de vista es la fórmula que explota la saga de los Minions. Los chistes entran como balas infalibles gracias a la motricidad torpe de las criaturas amarillas. Y el hecho de dar rienda suelta a la villanía más inocente lleva a que todo sea una fiesta de gags para todo público.