Mil veces buenas noches

Crítica de Jorge Marchisio - Loco x el Cine

Rebecca es fotógrafa, pero no de cualquier cosa; se dedica a retratar imágenes en lugares limites, en países africanos con golpes de estado o divididos en guerrillas, como también del medio oriente donde los fanáticos religiosos se inmolan matando cientos de víctima. Así es como pasa la mayor parte de su vida, cosa que la llevará a tener que decidir qué es más importante para ella, si su profesión, o la familia que formó y que está a punto de perder.
Esta película puede ser bastante tramposa a la hora de leer la sinopsis, y luego sentarse a verla. Estoy seguro que la mayoría de ustedes, después de leer de qué trata el film, pensarán que estamos ante otro film de esos “golpebajistas” donde vamos a ver gente de diferentes etnias masacradas y asesinadas por malos malosísimos, mientras nuestra heroína blanca fotografía todo jugándose la vida. Bueno, hay algo de eso, pero en realidad el asunto va para otro lado.

Principalmente vemos una mujer que se nota que hace tiempo perdió el rumbo de las prioridades en su vida. De hecho, su esposo más de una vez le dirá “lo haces por la adrenalina”. Quienes a principio de año vieron Francotirador, acá van a encontrar un enorme paralelismo entre aquel soldado que llevaba la guerra a su casa y se sentía mas cómodo con el rifle que con su esposa, y esta mujer que prefiere esquivar balas y bombas mientras toma fotos, en lugar de pasar tiempo con sus hijas.

Parte de que ambas tramas funcionen bien, se debe a la actuación de la hermosa Juliette Binoche, quien con una interpretación bastante medida, casi sin tener diálogos largos, nos trasmite esa lucha interna de su personaje, que disfruta tanto de sus hijas, como del peligro.
Por desgracia, el resto del elenco no acompaña de la misma forma. A Coster Waldau cuesta aún verlo fuera del personaje de Jaime Lannister de Games of Thrones; mientras que el rol de las hijas, si bien la que interpreta a la mayor cumple, la menor se hace bastante molesta de a ratos.
De todas formas, pese al mérito actoral de Binoche, lo que más destaca de esta realización es el guión. En especial porque hace convivir las dos tramas de forma orgánica, con una dándole pie a la otra y viceversa. Mil Veces Buenas Noches en ningún momento trata de bajar una línea de pensamiento, solo muestra a una persona desbordada.

Es una lástima que Mil Veces Buenas Noches saliera dos años después de su estreno, ya que quizás muchos de los lectores ya la vieron, o pasará desapercibida en cine, pese a que ya pasó bastante el furor por los guerreros del camino, los superhéroes y los fanáticos de las carreras.
Por desgracia, quien más discreto pasa es el director, que no muestra nada relevante en cuanto a dirección, haciendo que la película no sea un poco mejor de lo que ya es, y solo se sustenta en la actuación de la actriz principal y la historia (que tampoco es poca cosa).

En conclusión, Mil Veces Buenas Noches se muestra como lo mejorcito que ofrecen las salas argentinas en este momento en cuanto a films no mainstream, además que nos muestra una gran actriz que sigue más vigente que nunca. Algo que debería pesar a la hora de tenerla como opción a la hora de ir al cine.