Mentes poderosas

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Con "Los Juegos del Hambre" se instaló una especie de subgénero dentro de la literatura (y sus posibles adaptaciones cinematográficas): el "young adult". Un subgénero que a nivel libros sigue ofreciendo gran variedad aunque de manera despareja, y el cine lo aprovecha lo que puede.
"Mentes poderosas" es un libro de Alexandra Bracken que, como también sucede con la mayoría de estos libros, es el primero de una trilogía; se escribe ya pensando en los próximos.
Jennifer Yuh Nelson (conocida por las secuelas de Kung Fu Panda) dirige esta adaptación de la novela que escribe Chad Hodge (un escritor de televisión principalmente). Un futuro distópico, protagonistas adolescentes, un gobierno al cual enfrentarse, alguna historia de amor en el medio, y allá vamos. En este futuro no tan lejano, aparece un virus que ataca a niños y adolescentes y mata a su mayoría.
Los que sobreviven lo hacen con algún poder especial. La clasificación de estos poderes según su peligrosidad separa a todos los niños y adolescentes que quedaron vivos en categorías y son llevados a un campo.
La protagonista Ruby descubre que pertenece a uno de los grupos perseguidos pero gracias a ese mismo poder logra hacerse pasar por uno del más inofensivo de ellos. Los rangos son provistos a través de un color.
Ella es naranja y se hace pasar por verde. Además de una trama que se parece a muchas de estas películas que ya vimos, no hay acá un trabajo logrado para su narración.
Los personajes actúan y hablan de manera tan poco realista que muchas escenas son simplemente ridículas, no se profundiza en nada sobre el origen de este particular virus y se acepta con demasiada facilidad que de repente el mundo puede quedarse sin niños, y los personajes entran y salen de una manera aparentemente azarosa.
Esto último se ve sobre todo reflejado en el personaje de Gwendoline Christie, totalmente desaprovechada como una especie de villana que a mitad de la película desaparece y bien, gracias.
Los diálogos son pobrísimos y muy poco sutiles. Así, cuando Ruby junto a un grupo de otros adolescentes se escapan y llegan a un campamento que parece el lugar ideal se escucha decir algo como: “Acá todos parecen muy felices”, “Claro, es que acá no hay división de colores, somos todos iguales”.
Es que el mensaje principal de esta película está parafraseado en los mismos diálogos: lo importante está en ser uno mismo y aceptarse como es.
Ruby es interpretada por una de las actuales estrellas de las adaptaciones young adult, Amandla Stenberg, quien además de una pequeña participación en la saga de Suzanne Collins fue la protagonista de "Todo, todo" y se la verá en la incipiente adaptación de otro best seller para jóvenes adultos, "The hate U give". Mientras en "Todo, todo" ella lograba darle un poco de brillo a la regular película, acá no logra ni eso.
"Mentes poderosas" lo tiene todo y sin embargo no aprovecha nada y el resultado termina siendo desastroso.
Así, además de una premisa en la que si no se profundiza no puede evitar sonar ridícula, tiene a Mandy Moore, tiene persecuciones de automóviles en rutas, poderes al mejor estilo "X-men" pero también "Los pueblos malditos" (y la inevitable referencia a Los Simpsons: “Conocemos todos sus secretos”), y personajes que sobreviven a que prácticamente se les caiga un helicóptero encima.
Así como no se exterioriza en los orígenes del virus tampoco se lo hace en el hecho de que todos los padres simplemente acepten dejar a sus hijos en los campamentos en manos del gobierno porque su presidente prometió desde un aviso publicitario que encontraría la cura.
Claro que, al ser la primera entrega de una trilogía (si es que llega a tal, si el interés es lo suficientemente fuerte para que suceda y no pasa como "Divergente" que no tendrá su cierre cinematográfico), siempre está la posibilidad de que se guarden cosas para después.
Aun así, lo que podría haber resultado una historia de ciencia ficción oscura para adolescentes resulta un film entre aburrido y ridículo, sin una pizca de inspiración y con un guión flojísimo que hace aguas por todos lados.
"Mentes poderosas" es un fallido intento por llevar adelante el legado de lo que dejó "Los juegos del hambre" (que no fue la primera en su subgénero pero cuyo éxito permitió que se desarrollaran tantas futuras historias).
A favor se puede decir que su personaje femenino no es la típica chica blanca, y sin embargo en ningún momento se hace mención a su color de piel –ni de alguno de sus compañeros-, más allá de los colores que los dividen. No funciona como película para adolescentes, quizá sólo para algunos pre teens no exigentes.