Más fuerte que el destino

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Primero debo decir que siento que muchos cronistas analizaron "Stronger", desde el punto de vista ideológico, colocando en perspectiva, su patriotismo americano en primer lugar para luego pasar a confirmar sus valores narrativos (que los tiene).
Sostenían, que esa defensa encendida realizada por USA para justificar sus intervenciones políticas y militares en todo el globo, no les permite ver que las consecuencias de esas acciones, son, sufrir en su tierra, atentados por fuerzas terroristas de los países con los que combate en el exterior.
Y esta cinta, reforzaba el sentido puro nacionalista detrás de una clásica biopic de superación. "Stronger", es cierto, va en esa dirección. David Gordon Green, el hombre detrás de las cámaras, es un cineasta hábil, que ha alternado grandes trabajos ("Undertow", la comedia "Pineapple Express" o incluso la discutida y simpática "Our brand is crisis") con otros que no funcionaron.
El es, en definitiva, un todoterreno y quizás eso le jugó en contra a la hora de aceptar el guión de John Pollono (sobre el libro original de Jeff Bauman) así como venía.
El film es un relato crudo, sobre el descenso al infierno de un hombre simple que sufrió en carne propia, las consecuencias de un acto de violencia que ningún civil debería vivir en ninguna circunstancia. El relato comienza con un evento al que pueden acceder, también, desde "Patriots Day", aquel film de Peter Berg de hace 2 años, en el cual se veía la trama del ataque en Boston de un grupo terrorista con explosivos, en el marco de una maratón en ese día feriado (el hecho sucedió en abril de 2013).
Jeff (Jake Gylenhall) está separado de su novia Erin (la dúctil y sobresaliente Tatiana Maslany de "Orphan Black") y la espera en la línea de meta, para contarle de su amor, ya que ella participa del evento ese día. La explosión lo alcanza, él pierde sus dos piernas, y en poco tiempo, ya tenemos el conflicto instalado.
"Stronger" es la historia autobiográfica de un hombre que tuvo que aprender a pelear por lo que amaba, y superar sus limitaciones físicas. Claramente.
Si logramos despegar eso de la ideología subyacente, con seguridad se podrá disfrutar de la película, que se sostiene en trabajos muy interesantes de Gyllenhall (uno de los mejores actores dramáticos de la actualidad, sin dudas) y de Maslany, quien con su increíble talento, se roba la atención de la audiencia desde el instante cero.
La pareja mostrará cómo se evoluciona en esa difícil lucha, mostrando que el conflicto principal es con uno mismo.
Ese costado de la cinta, si bien por momentos difuso, es el que más debería descollar en el relato. Sin embargo, las discusiones políticas y otros temas que están presentes (la cuestión con el alcohol de su madre, por ejemplo), conspiran para que no haya posibilidad de construir demasiada empatía con Jeff. Y eso es un problema porque él es el corazón de "Stronger".
Gyllenhall es una máquina de emociones que impulsan su universo físico, y esa fibra, a veces exagerada, impide que logremos llegar al corazón de su composición.
En lo referente al ritmo del guión, no encontraremos nada nuevo aquí, y todo se encuadra dentro de las clásicas películas previas a los Oscar, donde el protagonista sufre un problema físico (o una discapacidad ) que lo hace replantearse su rol en la sociedad y el motivo de su existencia.
De difícil clasificación, por esto que decíamos al principio, "Stronger" tiene valor, en las actuaciones de la dupla central. Si logamos despegar eso de la concepción "heroica" que algunos pueden leer entre líneas, podría decirse que es una autobiografía aceptable, en términos cinematográficos.