Marilyn

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Marcos (el debutante Walter Rodríguez) es un adolescente que ha terminado con buenas calificaciones el secundario y regresa al hogar para ayudar a su familia en el verano. Su padre (Germán De Silva) y su hermano mayor se dedican a ordeñar las vacas y cuidar el ganado del patrón de los constantes intentos de robo, mientras que su madre (la chilena Catalina Saavedra) ayuda como modista. La vida de estos caseros es ardua, y Marcos no se siente a gusto con esas tareas: a escondidas se maquilla y se prueba coloridas ropas de mujer. Llega el carnaval y -con un antifaz como escudo- este joven apocado y tímido demostrará una alegría y un envidiable desenfado con su cuerpo sobre las pistas de baile.

Sin embargo, ya en los primeros minutos adivinamos que el entorno familiar y social de Marcos no será comprensivo ni estimulante para con él y lo llevará a presenciar, padecer o protagonizar distintos eventos trágicos. Ni siquiera una efímera historia de amor con otro muchacho aliviará un poco sus penas.

La película -que tiene algo del clásico Secreto en la montaña, de Ang Lee- está narrada con convicción, precisión y contundencia, aunque por momentos se extrañen un poco más de matices y sutilezas. El film describe sin eufemismos las fuertes diferencias de clase y los prejuicios hacia los "distintos", que se resuelven con burla, provocación y violencia. Mientras en algunas grandes urbes este tipo de conflictos ya no generan tantas rispideces, en otros ámbitos rurales conllevan todavía un grado de estigmatización y marginación.