Magallanes

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Cada tanto hay en nuestro país algún estreno latinoamericano que arriba, dentro del marco de las coproducciones en la que Argentina es parte. Esto no sucede muchas veces, pero por suerte, en estos días tenemos la suerte de ver "Magallanes", ganadora de Huelva y con largo recorrido festivalero durante 2015. Una película inesperada para nuestra cartelera pero sumamente valiosa.
Pensaba, al terminar su proyección, que el pasaje de la obra literaria (de uno de los grandes escritores del Perú, Alonso Cueto) debe ser uno de los más logrados en mucho tiempo dentro del territorio sudamericano. Una fiel adaptación que potencia las aristas de thriller de "de memoria" que tanto conmueve a los espectadores de la región (y abre las puertas de los mercados internacionales) y que se transforma en una de las grandes sorpresas de esta semana para ver en el Gaumont de Congreso.
Dirigida por un debutante, Salvador del Carril, "Magallanes" es el relato de un militar conflictuado (que da título al film), represor y herramienta política del gobierno en aquellos años donde el combate contra Sendero Luminoso recrudecía en las calles, que intenta reparar un hecho del pasado, ayudando a una mujer que fue atacada sexualmente en su antigua unidad. La tarea no es sencilla, porque hay otros oficiales como él que tienen una perspectiva distinta, y recordar, no es algo bien visto en una sociedad que no parece haber sanado sus heridas. Esas cicatrices se avivan ante el menor roce.
Es más, esa búsqueda de redención (por así decirlo) del personaje central jugado por Damián Alcázar abre una brecha donde nada es previsible y el tránsito por esa peligrosa cornisa se vuelve más angosto a medida que se avanza en la búsqueda de venganza con quienes abusaban de su poder en esos nefastos días.
Para destacar, las actuaciones de Magaly Solier y Christian Meier contribuyen a crear una atmósfera densa, dolorosa y palpable desde cualquier lugar. "Magallanes" es una poderosa sorpresa para nuestro cine latinoamericano. Aporta identidad, pero por sobre todo, construye memoria y de la mejor manera, con un producto honesto que se disfruta de principio a fin.