Madres paralelas

Crítica de Denise Pieniazek - Puesta en escena

"Desempolvar el pasado para construir un futuro"
A pesar de que en un comienzo se dijo que la última película del genial Pedro Almodóvar, Madres paralelas solo se estrenaría en Latinoamérica a través de la plataforma de streaming Netflix, afortunadamente tuvo su estreno en algunos cines selectos de argentina.

Madres paralelas (2021) la última película escrita y dirigida por Pedro Almodóvar retoma una de las temáticas características del autor, la maternidad. Ya en Julieta (2016) el director retornó al género del “melodrama de madre” presente -con variantes y reescrituras- en otras de sus películas como en ¿Qué hecho yo para merecer esto! (1984), Tacones lejanos (1991), Todo sobre mi madre (1999), y Volver (2006). En esta ocasión, la escena comienza en el 2016 cuando Janis una fotógrafa de 40 años de edad, decide afrontar la maternidad a pesar de que esa decisión no es acompañada por su pareja Arturo, un antropólogo forense. En ese proceso de transitar la maternidad, Janis -interpretada por Penélope Cruz, actriz fetiche del director que se encuentra nominada como Mejor actriz protagónica para los próximos premios Oscars- conoce a una adolescente, Ana (Milena Smit) que también debe transitar la maternidad prácticamente sola.

A partir de allí, el título del filme Madres paralelas, se hace presente no sólo desde el plano argumental, sino también desde lo formal. En las escenas referentes al parto de dichas mujeres se utiliza el montaje paralelo para marcar la simultaneidad y comparación entre ambos partos que acontecen el mismo día. Según avanza el relato, las vueltas de tuerca al estilo “almodóvariano” tornan todo cada vez más complicado y enroscado, trascendiendo aquellos lindes morales y tabúes que la sociedad ha instaurado. Sin embargo, aunque parezca shockeante por momentos el comportamiento, en la lógica de la profunda psicología de sus personajes, sobre todo de Janis, todo ello tiene sentido.

A pesar de que varias películas del director oscilan entre la “mala madre” y la “buena madre”, en Madres paralelas -como en el resto del cine de Almodóvar- no se juzga a los personajes, se los comprende empáticamente. Desde lo que Janis calla hasta el deseo “egoísta” de Teresa la madre de Ana. Tal como plantea Jean-Max Méjean, Almodóvar no puede dejar de arremeter contra el símbolo maternal, pero finalmente no se atreve a atacarlo tan directamente como a los demás íconos que se ha dedicado a ridiculizar en sus otros filmes. Asimismo, otra característica del realizador es criticar la institución familiar canónica. Porque Madres paralelas representa un relato sobre familias rotas.

Las mujeres fuertes e independientes son las protagonistas de la obra, en donde los hombres parecen estar ausentes. Una vez avanzada la acción podrá verse que las causas de esas ausencias difieren según las tres generaciones principales que atraviesan la historicidad del largometraje. Parafraseando a Janis quien enuncia que continuará con la tradición de su familia, al ser madre soltera, a diferencia de ella las mujeres de su familia quedaron solas debido a los asesinatos durante la Guerra Civil Española. Peor aún, Janis intenta reconstruir el pasado familiar a través de la excavación y exhumación de una fosa de su pueblo donde se presume están las víctimas del franquismo. Mientras tanto Ana, con una problemática más actual concerniente a su generación, también deberá enfrentar el pasado al poder explicitar la forma traumática en la que fue producido su embarazo.

En consecuencia, una vez más lo paralelismos simbólicos resignifican constantemente la narración a través de la violación de los derechos humanos. La alternancia del pasado histórico Guerra Civil Española, con el presente de Janis y la creciente sospecha sobre la identidad biológica de su hija, convierte a la identidad en el eje principal de la obra, cuya estructura parece dividirse en dos planos temporales que se superponen a través del cuerpo de Janis y la anacronía temporal de la enunciación. Porque son los cuerpos materiales -los presentes y los arrebatados- los que poseen la verdad que liberará tanto el pasado como el presente. De forma similar que en Volver (2006), en Madres paralelas todo aquello que no se resuelve en el pasado, termina haciéndose eco en el futuro. Por eso Janis debe desempolvar el pasado para poder construir un futuro. La protagonista debe recomponer la identidad familiar e histórica de su país, reforzando la idea de que saber más sobre nuestra cultura, implica poder conocer más sobre nosotros mismos. Porque tal como expresa la canción “La memoria” del cantautor argentino León Gieco “Todo está guardado en la memoria, sueño de la vida y de la historia. La memoria despierta para herir a los pueblos dormidos que no la dejan vivir libre como el viento. Los desaparecidos que se buscan con el color de sus nacimientos…”