¡Madre!

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Salí de la sala luego de ver lo nuevo del enorme Darren Aronofsky, confundido y buscando explicaciones. Tratando de ordenar lo visto durante los 121 minutos que dura "Mother!", como un boxeador cuando la cuenta empieza a sonar, y te encontrás en la lona, tratando de incorporarte, desconcertado por el golpe exacto que te propinó el rival.
Perdiste el equilibrio y estás buscando aire... "Madre" golpea. Es una alegoría potente, densa y sangrienta. Un golpe al hígado que no viste venir. Vuelve a la carga uno de los cineastas más creativos de los últimos tiempos. Puede gustarte o no, pero desconocer el talento de Aronofsky es casi inaceptable.
Si disfrutaste "The black swan", sabés de que va el pibe. El hombre es un vendaval de originalidad, destacado ilusionista de la imagen, quien logra con instrumentos puramente cinematográficos, generar mundos extraños, raros y cíclicos. Explora las fantasías y coquetea con lo lisérgico, desde un costado cercano y delicado.
Y en esos universos, propone historias que navegan y se sumergen en las aguas del inconciente y las emociones a flor de piel. Es difícil explicarles de que va la película. Como muchos colegas coinciden, aquí hay dos historias en una, que están unidas perfectamente, pero que aluden a situaciones distintas.
En la primera parte, el escenario es la crisis marital y el bloqueo creativo de un escritor famoso, perdido en su propia incertidumbre como artista. Jennifer Lawrence y Javier Bardem componen a esta pareja (en la cinta los personajes principales no tienen nombre de pila), que se lleva años y vive en una casa enorme, alejada de la civilización. Es un paraje desolado que guarda gran simbolismo para el poeta.
Su casa (porque era de él y su familia), en un tiempo pasado, fue arrasada por un incendio en circunstancias no determinadas. Sólo él logró sobrevivir a la tragedia y ahora, su joven esposa reconstruye esa enorme casona, parte por parte.
Pero las cosas no parecen ir bien entre ellos. A poco de conocerlos, vemos que "Javier" es presa fácil de halagos y eso permite que abra las puertas de su casa a dos personajes raros. Uno jugado por Ed Harris y el otro por Michelle Pfeiffer. Ellos son un matrimonio extraño que visita al poeta por circunstancias que no detallaré.
Se instala entonces un escenario complejo donde lo Bíblico, tiene referencias corpóreas en la historia y expande la intriga en el público: ¿Es ésto una película de terror clásica al estilo sectas satánicas o el sagaz Aronofsky se guarda algo más debajo de la manga? Cuando todos ya suponemos que el film tiene un camino claro por avanzar, aparece la calma, el amor renace y todas las piezas se modifican.
El cineasta decide alejarse del ritmo metódico y punzante de ese segmento para bajar la velocidad y aplicar un bálsamo paliativo que descomprima tanto misterio, tanta incertidumbre.
A partir de allí, decide meterse de lleno en una segunda parte donde termina por conformar sus ideas, pleno de energía y con intenciones de trascender los límites y trasgredir sin falsos pudores. Las convenciones dejan paso a la emoción pura y el desborde, todo muy al estilo Aronofsky. "Es un verdadero apocalipsis", como bien dice Lawrence, en un momento cerca del clímax. Lo es. Dalo por seguro.
"Mother!" puede ser definida como una película en la cual se exploran las consecuencias de la fama y la necesidad explícita de los artistas y personajes públicos de nutrirse de su medio para conseguir los fines de permanencia en esa posición. O puede hablarnos sobre el cuidado que debemos tener para proteger el hogar (por qué no la Tierra misma?) y a las personas que protegen ese lugar vital (las madres)... Hay muchos matices y posibilidades en su lectura. Pero no crean que saldrán del cine sin pistas.
La película cierra sin fisuras y con todo el esplendor posible para un recorrido sorprendente para cualquier espectador. Podría decirse que es un viaje experiencial, rodado con acierto y superlativas actuaciones.
Se qué adentrarse en ella supone riesgos (no la experimenten como una película de género porque no lo es), pero si aceptan el desafío, reconocerán al final el valor de un gran director que tiene aún, muchísimo para dar. Es una gran película. Pero quizás no sea exactamente lo que se espera de ella.