Luna de cigarras

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Con el éxito que fue en su país y fuera también la película “7 cajas”, la industria cinematográfica de Paraguay comenzó a ser el foco de atención. La idea de hacer cine de género pero con tintes propios de su lugar de origen ya no parece descabellado y así, “Luna de cigarras” es la ópera prima de Jorge Diaz de Bedoya. Aunque es cierto que la industria todavía parece pequeña, por ejemplo muchos de los actores son los mismos que los de la exitosa “7 cajas” –las comparaciones van a ser inevitables, lo siento-.
“Luna de cigarras” es sin dudas una propuesta interesante (supongo que de acá en adelante nos van a llegar algunas propuestas más paraguayas pero hasta hace poco –y todavía un poco lo es- no dejaba de ser una rareza). Una película de acción con comedia –que gira más que nada en torno a lo nacional-, con buenos efectos especiales que se utilizan mucho en escenas gore donde la sangre no escasea.
El problema principal que tiene la película es probablemente de guión. Por un lado, si bien los personajes son todos coloridos y peculiares, simpáticos incluso, no terminan de definirse ellos ni algunas de las cosas que les suceden. Por otro lado, la falta de un protagonista único acá no funciona, hay un eje que está siendo necesario. A todo esto, algunos agujeros del guión terminan de entregar una película que entrega lo mejor desde el lado de la dirección, siendo la fotografía y la banda sonora sus dos grandes pilares. No así la actuación, que a diferencia de en “7 cajas”, acá se percibe en tono más culebrón (no critico lo exagerado en una película que sin dudas apuesta a eso, sino que el tono no es el correcto). En la película predomina el humor negro pero también hay algo de drama y sin dudas el que mejor sale es el primero.
La historia podríamos decir sin spoilear y tratando de ser conciso y breve, gira en torno a un norteamericano que viene a Paraguay a hacer negocios con un capo mafioso conocido como el Brasiguayo. Pero el negocio no va a salir como estaba planeado, porque en realidad ni siquiera es tal.
Si bien tiene sus puntos flojos, “Luna de cigarras” es un film curioso y muy divertido.