Lucy

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Scarlett Johansson es la nueva heroína en problemas de un filme del director de “Nikita”.

Luc Besson tiene predilección por las mujeres como heroínas, que suelen contar con pocas armas para salir adelante, y ver cómo se las ingenian.

Lo de pocas armas es en sentido figurado, porque si uno recuerda a Nikita, o advierte cómo se desenvuelve la Lucy de su nueva película, son mujeres de armas tomar.

Al director de El perfecto asesino y Juana de Arco también le agradan los filmes de acción, con muchas balaceras, un malo muy malo, la contraposición que impera y actos supremos de epopeya y hazaña difíciles de conseguir en la vida real.

Bueno, Lucy es capaz de todo. Y más.

Scarlett Johansson no siempre se encuentra cómoda en Oriente. La joven actriz de Perdidos en Tokio aquí tiene que hacer un encargo en Taiwán, y termina contra su voluntad como una “mula” para transportar una droga. Todo sale peor que mal, y el estupefaciente comienza a surtir efectos en ella. Básicamente: si los seres humanos utilizamos sólo el 10% de nuestra capacidad cerebral, Lucy en pocas horas alcanzará el 100 %.

Y querrá vengarse. Y querrá curarse. Y querrá muchas cosas más que en sólo 89 minutos Luc Besson nos contará con lujos de detalles, violentos, sanguinolentos y así.

Morgan Freeman es el científico que baja línea, y que intentará ayudar a Lucy, en tanto Amr Waked (el actor egipcio de Syriana y Un amor imposible) es el agente del orden y que intenta poner el ídem. Pero en una producción de Besson ya sabemos que eso es, casi, imposible.

Y Choi Min-sik, el gran actor surcoreano de la Oldboy original, es el mafioso de la droga que de-sata una batalla en la que Lucy es una guerrera que, segundo tras segundo, descubre más y más poder en su mente, en sus manos, en su cuerpo. Y, es el cuerpo de Scarlett.

Entretenidísima, Lucy se resiste a la lógica. Si las persecuciones automovilísticas en el centro de París son reales en un 90 % (el resto se hizo por computación) como afirmó Besson, habrá que aferrarse de la butaca.

Johansson ya se probó como la Viuda negra de Los Vengadores, así que este papel no le queda holgado de ninguna parte de su ceñida ropa.