Los tres mosqueteros

Crítica de Mex Faliero - Funcinema

UNA CORRECTA ACTUALIZACIÓN

Los tres mosqueteros, la obra de Alexandre Dumas, ha tenido incontables adaptaciones al cine, entre directas, libérrimas, inspiraciones, parodias y demás. Claro está, cuando el relato de aventuras era más popular en el cine, las adaptaciones eran más constantes. Pero desde hace un tiempo el cine perdió esa cualidad un poco desmelenada de la buena aventura y D’Artagnan, Athos, Aramis y Porthos dejaron de ser presencia constante en la gran pantalla. Tal vez por eso, esta nueva adaptación dirigida por Martin Bourboulon genera un interés previo, o también porque genera curiosidad el regreso del material a la producción francesa. De todos modos las presencias de Eva Green, Vincent Cassel, Romain Duris, Louis Garrel y más le otorgan un sello de calidad institucional galo.

Uno de los males que atraviesa a este tipo de relatos son las consabidas actualizaciones, que pueden ser de forma pero, especialmente, de fondo. Los tres mosqueteros: D’Artagnan no es la excepción, aunque en este caso se podría decir que hay un acierto en el tono. Obviamente todo se ve y luce con ese acercamiento a cierta condición de verismo que el cine actual le exige a la fantasía, una necesidad que atenta contra el movimiento que este tipo de historias deben tener. Por lo tanto, no estamos ante un film que se mueva con galanura y brío, sino con uno que pretende cierta dosis de autenticidad y eso la vuelve un poco tosca. Como si a la ficción hoy no le alcanzara con ser ficción, o como si directamente estuviera mal vista. Por eso que mayormente las traiciones palaciegas y los posicionamientos políticos le ganan en ocasiones a la acción.

De todos modos, Bourboulon se revela como un director muy interesante a la hora de ejecutar las secuencias de acción, varias de ellas narradas en plano secuencia y con una apuesta por lo físico que vuelve todo bastante brutal, como la virtuosa secuencia de arranque. El choque de las espadas tiene su peso y su sonoridad, los golpes y los disparos se sienten. Es en esos pasajes donde destaca lo mejor de la película y donde se aprovecha la buena química lograda entre François Civil, Vincent Cassel, Romain Duris y Pio Marmai, como los históricos mosqueteros. Los tres mosqueteros: D’Artagnan es una película que aprovecha el peso de sus individualidades y las hace funcionar como equipo, un poco como los personajes de Dumas. Y, de yapa, una apuesta a dividir el relato en dos, algo que en primera instancia puede resultar anticlimático pero que nos devuelve a los tiempos de los seriales y no deja de ser simpático. Los tres mosqueteros: D’Artagnan continuará en diciembre con Los tres mosqueteros: Milady y habrá que ver el rendimiento de esta película en la taquilla para saber si tendremos la oportunidad por estos lares de resolver el “continuará” en la gran pantalla. Porque si hay algo que vence a los mosqueteros es sin dudas el actual diseño de la exhibición cinematográfica.