Los tres chiflados

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Sincero homenaje a la comedia física, con respeto y amor incondicional

Curly, Larry y Moe resucitan de la mano de los directores y guionistas Bob y Peter Farrelly, los mismos de Loco por Mary y Amor ciego. El resultado podrá tener fallas y problemas, pero tiene un trabajo actoral brillante.

Luego de muchas idas y vueltas (donde se hablaba de estrellas de primer nivel, como Jim Carrey, Benicio Del Toro y Sean Penn en los roles principales) los hermanos Farrelly (los mismos de Loco por Mary y Amor ciego), llevaron a la pantalla al famosísimo y muy querido trío cómico conocido como Los Tres Chiflados. Aquellos cómicos –los tres originales– que comenzaron en la década del '30 y que aún hoy se pueden ver en cable, luego de décadas de admiración por parte de espectadores de todo el mundo.
Comediantes físicos por excelencia, maestros de la comedia violenta, han sido juzgados, admirados, venerados y rechazados a lo largo de todo este tiempo. No fueron pocas las veces que tuvieron que aparecer en televisión para aclararles a los chicos que la violencia que ejercían sobre sus compañeros era trucada, y los objetos hechos de goma y sin riesgo alguno de herir a nadie. Los Farrelly, por cierto, se guardan una cita final y un chiste extra con respecto a esto último.
Lo más interesante y arriesgado de esta película, es respetar la esencia del trío que homenajean. Hasta se dan el lujo de separar los tres actos de la película como si fueran tres episodios de Los Tres Chiflados, con el famoso cartel y el título de cada episodio.
Sin duda todas estas sutilezas, las hay muchas en el film, sean valoradas por los adultos, más que por los niños. Por eso es incomprensible e indignante que el film no se estrene con copias en su idioma original, tan sólo en versiones dobladas al castellano.
El trabajo actoral es brillante, y el esfuerzo para lograr las voces y los modismos no se reproduce en el doblaje. Tanto Sean Hayes (Larry), como Chris Diamantopoulos (Moe) y sobre todo Will Sasso (Curly) se lucen en sus papeles. Si en los últimos años tantos actores han ganado el Oscar por interpretar a personas famosas, no veo impedimento para que el trabajo de Sasso le permita al menos una nominación.
Al trío protagónico hay que sumarle a Larry David haciendo de monja (sí, el mismo de Que la cosa funcione, de Woody Allen) y a Jane Lynch como la madre superiora. Esta comedia de los Farrelly podrá tiene fallas y problemas, pero el esfuerzo que han hecho por traer al mundo actual aquel universo, ha sido arriesgado y lleno de valor. Destinada al desprecio fácil, esta película ha sido realizada con respeto y amor incondicional hacia Curly, Larry y Moe.