Los papeles de Aspern

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Esta película del año 2018 es la adaptación de la novela homónima de Henry James, escrita en el año 1888. Lo que cuenta el film es la historia de Morton Vint (Jonathan Rhys Meyers), un escritor que en el año 1885 viaja a Venecia con el objetivo de obtener textos de un poeta que lo obsesiona, Jeffrey Aspern. Los poemas que busca iban destinados a su amante, Juliana, que ahora vive recluida en un palacete veneciano junto con su sobrina. En su afán desmedido por obtener ese material, Vint intentará entablar amistad con la anciana Juliana (Vanessa Redgrave), pero también buscará obtener el corazón de su sobrina Tina (Joely Richardson).

Todo lo interesante y atrapante que puede tener la prosa de Henry James se reduce a cero en esta adaptación de inesperada falta de interés y carencia absoluta de estilo. Con resoluciones visuales de un telefilm de segunda línea de hace veinte años, Los papeles de Aspern no consigue nunca que se vea la seducción del protagonista ni tampoco lo supuestamente apasionante que posee la vida de Aspern o sus textos. La película falla de punta a punta. Ni los flashbacks que van mostrando un secreto ni las angustias del sobreactuado protagonista tienen algún matiz de interés o complejidad. Que James Ivory sea el productor de la película es el broche de oro, porque nos recuerda que él lo podría haber filmado mejor veinte o treinta años atrás.