Los locos Addams

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Los locos Addams no siempre fue una saga familiar. En un comienzo las historietas creadas por Charles Addams en 1933 tenían varios de sus personajes pero no estaban conectados entre sí como si lo empezaron a estar con la serie de 1964. La serie creo un culto a nivel mundial que dura hasta nuestros días. Le siguieron dibujos animados para televisión, un regreso en un especial de Halloween con el elenco de la serie, dos películas en la década del noventa, más dibujos animados para televisión, una bochornosa tercera película y finalmente, luego de un musical de Broadway en el 2010, ahora regresa a la pantalla grande. La versión 2019 es de animación y busca parecerse a los dibujos originales de Charles Addams, aunque parece también inspirarse en los films de los noventa con Raúl Juliá y Anjelica Huston. De la serie solo queda un homenaje, canción incluida, al final.

Pero si los dibujos eran geniales y la serie era sublime, lo que queda en esta nueva versión de todo eso es poco y nada. Incluso las películas tenían algún interés, pero acá a ningún nivel funciona nada. La trama sobre la familia diferente y sus vecinos prejuiciosos incluye una gran bajada de línea hecha con poca convicción y absoluta pereza. Los dibujos no son particularmente inspirados y los chistes demasiado mecánicos. En la versión en inglés se disfrutará, al menos de algunas voces de grandes actores. Se excede en los chistes malos, en particular con el personaje de Dedos y es –aun siendo de animación- una imitación salida de acto escolar más que un film en serio. En cuanto al mundo que rodea a la familia, la necesidad de la creación de un villano entorpece más el espíritu de los personajes excéntricos y alegremente oscuros de la familia Addams.