Los jóvenes amantes

Crítica de Gustavo Castagna - A Sala Llena

UN POCO DE AMOR FRANCÉS

No hay edad para el amor parecen trasmitir las imágenes de Los jóvenes amantes, pero en este caso, los lugares comunes quedan de lado de acuerdo a la relación afectiva entre un médico oncólogo de 45 años, casado y con dos hijos, y una mujer de 71, madre, viuda y abuela, ya que su tratamiento temático no es moneda corriente cuando se cuenta esta clase de historia. En efecto, mucho tiempo después de conocerse en un hospital Pierre y Shauna se reencuentran de manera azarosa y desde allí surgirá el interés romántico de él hacia ella.

Primera novedad de la trama: no se está ante la clásica historia de romance otoñal de una mujer de 70 enamorada de alguien más joven. La mirada de la directora Carine Tardieu (cuarto film) es a la inversa, diseccionando al personaje de Shauna que plantea porqué ese hombre más joven se siente atraído por ella.

Segunda novedad de la historia: el punto de vista del relato cae en el personaje de Pierre y de su desesperación por Shauna, en los conflictos que provoca su decisión dentro de su entorno familiar y hasta en los desajustes que empiezan a ocasionarse en el ámbito laboral.

Entre los afectos que van y vienen de Shauna y Pierre, donde ella ostenta sutilmente sus síntomas de vejez frente al ímpetu de él, Los jóvenes amantes elige en su segunda mitad el camino más problemático y de supuesto impacto en el espectador: la aparición de la enfermedad como centro argumental desplazando la postura de una pareja viviendo una historia de amor no convencional.

Allí el guion de carga de tips y lugares comunes buscando una fácil emoción que no condice con la travesía y el derrotero romántico de una pareja particular que articula su deseo y romanticismo en escenas que se alejan de aquello previsible. Por ejemplo: que durante el encuentro íntimo de la pareja la imagen no muestre velas y tampoco se recurra a una luz repleta de filtros, ya de por sí, es una acertada elección estética.

Tercer acierto de la película: la química actoral de la pareja central.

El camaleónico Melvin Poupaud, austero en gestos y tics, no necesita transmitir más que eso. Aquello de camaleónico refiere, entre otros, a su papel pirotécnico en Lawrence Anyways de Xavier Dolan. Vean y comparen.

En cuanto a ella, Fanny Ardant, la señora Truffaut y última musa del cineasta, basta observarla con detenimiento al momento de ver sus manos o cuando demuestra dificultades para levantarse de la bañera para corroborar, si ere necesario, de que se está frente a una actriz por excelencia.