Los Indalos

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Dirigida y escrita entre Roberto Persano, Santiago Nacif Cabrera y Gato Martínez Cantó, Los Índalos es un documental que gira en torno a una familia de militancia revolucionaria.
En Los Índalos, de los directores de Nicaragua, el sueño de una generación, seguimos a Aurora Sánchez, una mujer de una familia de revolucionarios, familia cuya historia no pudo evitar estar ligada a las desapariciones, acá con La Tablada como escenario final para dos hombres de su familia: su hermano Roberto y su hijo Iván.

En este documental en el que los directores eligen no mostrarse, en el que no hay una primera persona sino que están siempre detrás de cámara, siguiendo y escuchando a su protagonista y a algunas personas más que hacen a la historia, se va construyendo la historia de esta mujer que comienza con sus padres en la España republicana para luego llegar a la Argentina.

Cartas, testimonios, fotografías y algo de archivo televisivo son los recursos que terminan de conformar este documental que plasma la historia de una mujer que reclama justicia para su hermano y su hijo que, luego de compartir exilio en Francia y trinchera en Nicaragua, terminan desaparecidos en el copamiento del cuartel de La Tablada.
“Alguien que quiere a la humanidad”, es la definición con la que Aurora se encuentra de qué es ser un revolucionario, que llega de parte de la persona más inesperada. La herencia revolucionaria parece llevarla en su ADN. Ahora Aurora, junto a sus índalos, símbolos protectores, presencias que trascienden la muerte, lucha por mantener viva la memoria y la película la acompaña mientras, sin necesidad de plantear críticas, se construye parte de la historia escrita con sangre.

Sin artificios ni recursos manipuladores, Los Índalos consigue ser emotiva principalmente gracias a una protagonista que puede mostrarse tan fuerte como vulnerable. “Que la tristeza jamás vaya unida a nuestros nombres”, termina siendo el último pedido de un revolucionario, y el film consigue, más allá de narrar una historia con sangre, un tono intimista y cálido.