Los imprevistos del amor

Crítica de Roger Koza - La Voz del Interior

La vida es un tour

Como si se tratara de un paquete turístico de pocos días en el que el cliente debe ver absolutamente todo de un país que apenas conoce (sin entender realmente nada de su historia y su cultura), así está concebida Los imprevistos del amor. He aquí un tour a todos los grandes hitos de la vida: el fracaso, el sufrimiento, la maternidad, la esperanza, el duelo, el amor, el éxito afectivo y económico. ¿Cómo filmar un parque temático de los grandes temas de la vida? Este filme se lo propone y se empeña en convencer de que esto es lo que nos pasa y queremos que nos pase.

El punto de partida es una historia de amor (de largo aliento). Rosie y Alex se conocen de niños y se quieren desde entonces. Se entienden a la perfección en casi todo, a tal punto que los bizarros sueños de Alex, en los que él se ve a sí mismo como objeto, resultan poco enigmáticos en los oídos de Rosie. Tras la reconfiguración hormonal de la adolescencia se empezarán a amar en otros términos, pero antes que amantes son amigos. En verdad, el relato arranca en nuestro tiempo, en el preciso momento en el que Rosie está pronunciando unas palabras de buenos augurios en un casamiento. ¿Es el suyo? ¿Quiénes se casan? Habrá que esperar más de una hora y media para que se revele el sentido de esa escena.

De esa escena inicial, la película retrocede 12 años, al instante en el que los caminos de Alex y Rosie se diversifican. Él partirá a Boston a estudiar, ella tendrá motivos "genéticos" para quedarse en Inglaterra, en donde su horizonte no será otro que repetir el destino de su padre: ser una dócil empleada de un hotel. Pero en la vida concebida como un tour de maravillas todo es posible y los sueños se pueden concretar.

Si bien la simpatía de los personajes de Lily Collins (hija de Phil Collins) y Sam Claflin es innegable, gran parte de su dignidad se construye en oposición al egoísmo y la imbecilidad de los distintos amores que pasan por sus vidas, una psicología maniquea en consonancia con la irresponsable filosofía social que sitúa la vida de estas criaturas volátiles en un limbo categórico de espaldas a la Historia. En este sentido, la panorámica tipo Instagram del palacio-hotel al lado del mar con la que cierra la película es una perfecta coronación del imaginario infantil y publicitario que orquesta la paleta de colores, los movimientos en el espacio, el registro de las ciudades, la explicación de los chistes y las elecciones musicales.

La comedia romántica en manos del alemán Christian Ditter es pura memez colorinche, una emboscada y un simulacro, pues este remedo de un género glorioso alcanza aquí su imprevista anorexia y su grado cero de inteligencia.

Los imprevistos del amor

Comedia romántica

Regular

(Love, Rosie, Alemania-Reino Unido, 2014). Guion: Juliette Towhidi. Dirección: Christian Ditter. Con Lily Collins, Sam Claflin, Suki Waterhouse. Edición: Tony Cranstoun. Música: Ralf Wengenmayr. Duración: 102 minutos. Para mayores de 13 años. Sexo: moderado. Violencia: nula. Complejidad: nula.