Los adoptantes

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Cuando Martín se reúne con su madre y su hermana, recién llegada del exterior, y les da a entender que con Leonardo quieren renovar, reinventar la pareja, la respuesta es inmediata: “¿Se van a mudar? ¿Se van a casar? ¡Van a tener un hijo!”

Martín y Leonardo, o Pupi y Panda, viven juntos desde hace diez años. No tienen los mismos objetivos inmediatos como pareja. La noche que, cena mediante en el hermoso departamento con vista abierta que tiene Leonardo, él esconde una alianza para pedirle matrimonio, y Martín lo apabulla diciéndole que desea tener un hijo.

Es a partir de allí que Los adoptantes hace honor a su título, y deja de lado la vertiente de la comedia para abocarse al tema de la adopción, mostrando sí, a veces con cierto humor, la complejidad, los problemas y la burocracia y trabas que tiene el asunto para las parejas que desean adoptar un niño.

Como Martín es un conductor televisivo de un programa de entretenimientos, exitoso, todo lo que haga llamará la atención, mientras Leonardo es un pequeño productor agropecuario, con una historia distinta: no conoce sus orígenes, porque fue adoptado.

Rafael Spregelburd, que ha tenido roles secundarios en el género de la comedia, no desentona en ningún momento, aunque las circunstancias más dramáticas, hacia donde deriva la trama, lo tienen mejor parado. Diego Gentile, en este juego de roles opuestos -el sensible y el rudo; el artista y el trabajador rural- se siente cómodo en los enredos y demuestra lo muy buen comediante que es, como en la obra Toc Toc.

El sinuoso camino de la adopción es complicado no sólo si la pareja que lo desea es de hombres. Pero no se trata de situaciones de homofobia, que por otro lado la película de Daniel Gimelberg -realizador de Antes y reconocido director de arte, con Gilda, Mamá se fue de viaje y La odisea de los giles entre sus más recientes trabajos- no hace hincapié en ellas.

Esto es: le da la naturalidad que debe tener y no victimiza a sus protagonistas.

Hay muchos personajes secundarios, varios de ellos compuestos por intérpretes conocidos que ponen su saber y ductilidad, como Soledad Silveyra (la madre de Martín) Valeria Lois (su hermana con hija) y Florencia Peña (otra mujer que busca adoptar con su marido), pero es Marina Bellati como la Rusa, productora del programa de Martín, quien se sabe robar cámara y pantalla cada vez que aparece.