Las noches son de los monstruos

Crítica de Samantha Schuster - Cinéfilo Serial

En 2016 el director argentino Sebastián Perillo estrenó su ópera prima «Amateur», un thriller protagonizado por Jazmín Stuart y Esteban Lamothe. En este caso, vuelve a repetir el mismo dúo para ofrecernos «Las noches son de los monstruos», una película de género que utiliza toques fantásticos para ahondar en temas como el bullying o el acoso.

Sol y su madre acaban de mudarse a una nueva ciudad, a la casa de Gonzalo, su pareja. Sin embargo, la adaptación no resulta ser demasiado satisfactoria. En la escuela maltratan a Sol, Gonzalo la incomoda y parece que hay un puma suelto que está matando a los animales y amenazando a la población. Todo cambiará cuando se encuentre con una perra blanca atrapada en una trampa. Cuando quiere liberarla recibe una mordida. Ese vínculo entre ambas se volverá cada vez más poderoso hasta límites inimaginados.

«Las noches son de los monstruos» es una película interesante que va construyendo un clima de intriga y misterio a medida que avanza. Gracias a la música de suspenso que se acentúa en algunas de las escenas, la fotografía oscura, las locaciones nocturnas y los elementos fantásticos que le aportan cierta sensación inquietante y metafórica, conseguimos sentirnos parte de esta historia.

Pero el film no solamente busca generar estos sentimientos de terror y perturbación en el espectador, sino profundizar en temas tan actuales como necesarios, como el acoso escolar y sexual, las primeras experiencias de los jóvenes, la aceptación, el adaptarse a un nuevo entorno, la lucha contra las injusticias, la defensa propia, el instinto animal de supervivencia, entre otras cosas. Es decir, se toma el género como una excusa para contar asuntos más delicados, tratando de reflexionar sobre quiénes son los verdaderos monstruos de la historia.

Además de Jazmín Stuart y Esteban Lamothe, que cumplen un rol importante dentro de la trama con logradas actuaciones, siendo detonantes en el comportamiento de la protagonista, Luciana Grasso («Al Morir la Matinée», «Permitidos») es quien se pone al hombro la película, estando en pantalla en todo momento. No solo transmite muy bien la frustración, el enojo y la tristeza que siente con la mudanza y los malos tratos que recibe, sino que también canaliza de buena manera el vínculo con la perra.

En síntesis, «Las noches son de los monstruos» es una lograda película de género que, a través del suspenso y los toques fantásticos, consigue profundizar en temas importantes, actuales y necesarios dentro del mundo juvenil. Con buenas actuaciones y un clima más que efectivo, nos encontramos con una grata sorpresa dentro del cine nacional.