Las aventuras del Capitán Calzoncillos

Crítica de Natalia Trzenko - La Nación

Para reírse como los chicos

Un cuento divertido sobre la amistad y la inagotable imaginación infantil. Las aventuras del capitán Calzoncillos, basada en las novelas para niños de Dav Pilkey, logra retratar con inteligencia esos temas que forman parte de muchos relatos infantiles, pero lo hace a su modo. Con un humor repleto de chistes sobre flatulencias, eructos, calzoncillos gigantes y algún que otro exceso de azúcar. En fin, todos esos elementos que hacen reír a los más chicos. El humor de inodoro que para muchos adultos es poco gracioso e inmaduro aquí alcanza nuevas alturas y hasta se manifiesta en un literal inodoro gigante que azota la escuela a la que asisten Jorge y Berto, los protagonistas. Amigos desde el jardín de infantes, los chicos crean sus propias historietas. Un hobby inspirado por su curiosidad y la aburrida vida escolar a la que los somete el director de su escuela. Siempre irritado con las bromas de los chicos que pasan más tiempo en su oficina que en el salón de clases, el director Krupp también sirve de modelo para el capitán Calzoncillos, el superhéroe que protagoniza sus cómics.

Escrita por Nicholas Stoller, también guionista de la fantástica Los Muppets, este film no pierde de vista y entiende al público al que está dirigido. Si bien hay algún que otro guiño para los espectadores adultos, son detalles sutiles (como la desopilante llegada de Jorge y Berto a la escuela al ritmo de la canción "Oh Yeah", himno de Experto en diversión, otra película de estudiantes irreverentes) que contribuyen a la graciosa experiencia.